Álvaro García, el primer cántabro en la historia en ganar los premios más prestigiosos del diseño de envases

Cantabria

Álvaro García, nacido en Santander y actualmente afincado en Ámsterdam, ha logrado un hito histórico para el diseño cántabro: ganar dos de los premios más importantes del mundo en diseño de envases en un mismo año. Su proyecto MITTEREUM, desarrollado en su estudio 'Agarcia', ha conquistado una plata en los Pentawards, considerados los “Oscar” del diseño, y un oro en los Dieline Awards, celebrados en Nueva York.

Un cántabro en la élite del diseño mundial

Los Pentawards son la referencia global en diseño de packaging. Cada año, los mejores estudios del mundo compiten en una gala que Álvaro describe como “la Champions del diseño”. “Es la liga donde quieres estar si buscas proyección internacional y clientes de primer nivel”, explica. El proceso es exigente: dos rondas de evaluación por un jurado internacional que valora la calidad del trabajo, la conexión emocional y la innovación. MITTEREUM superó todas las fases y se alzó con la plata en Ámsterdam.

Por si fuera poco, el mismo proyecto obtuvo oro en los Dieline Awards, los segundos más relevantes del sector. “Estos premios te ponen en el punto de mira del diseño global”, afirma Álvaro. “Para mí, es la guinda del pastel tras un año de mucho trabajo”.

El proyecto premiado es una propuesta innovadora en el mundo de la aromaterapia. “El briefing inicial buscaba fusionar inteligencia artificial y tradición”, cuenta Álvaro. “Quería que el packaging transmitiera esa unión, con un aspecto tecnológico que captara la atención desde el primer vistazo”.El resultado es un diseño que rompe con lo convencional en aromaterapia, un sector dominado por estilos clásicos.

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“Me alejé de lo tradicional para crear algo potente y diferenciador”, explica. El proceso creativo incluyó bocetos a mano, exploración de formas geométricas y una apuesta por colores impactantes. “Siempre busco que el diseño conecte emocionalmente con el cliente”, añade.

De Santander al mundo

Álvaro comenzó su camino en el diseño tras estudiar un módulo en Santander y pasar por Manchester para perfeccionar su inglés. “Ahí supe que quería dedicarme al diseño”, recuerda. Tras la carrera, trabajó en estudios internacionales, incluido uno en Atenas donde descubrió su pasión por el packaging. “El COVID me obligó a volver, pero fue el momento clave para especializarme”, afirma.Hoy, con 31 años, dirige su propio estudio en Ámsterdam y trabaja con clientes globales. “Ser freelance me da libertad para moverme y seguir creciendo”, comenta.

Aunque vive fuera, Álvaro mantiene un fuerte vínculo con su tierra. “Siempre me he considerado de la tierruca”, dice. Sin embargo, reconoce que en Cantabria falta visibilidad para el sector creativo. “En Madrid o Barcelona hay asociaciones que impulsan el diseño; aquí no tanto”, lamenta. “Hay empresas con productos increíbles, pero no se valora el diseño como se debería. Es una pena porque un buen packaging eleva la marca y genera beneficios”.

Álvaro también tiene un mensaje para quienes sueñan con seguir sus pasos: “Practica mucho por tu cuenta, aunque lo hagas mal al principio. Busca tu estilo propio y, si puedes, sal fuera para aprender en estudios grandes y pequeños. Esa experiencia marca la diferencia”.¿Y si no fuera diseñador? “Sería chef”, confiesa entre risas. “La cocina también es muy creativa”.

Ganar un oro y una plata en los dos premios más prestigiosos del diseño de envases no es solo un éxito personal: es un reconocimiento que proyecta el talento cántabro a nivel internacional. “Creo que no hay ningún cántabro con estudio propio que haya conseguido esto”, afirma Álvaro. “Ojalá sirva para dar visibilidad al diseño en nuestra tierra”.