Sociedad

El secreto de los roscones más virales y famosos de Cantabria

Los roscos de Reyes de La Tahona, que cada año agotan sus existencias ante la gran demanda, regresan una vez más al Centro Comercial Peñacastillo

Santander

Lo que comenzó como la idea de recuperar una receta familiar navideña en un pequeño obrador de Pomar de Valdivia se ha transformado en un auténtico fenómeno social que trasciende las fronteras de Cantabria. Los roscones de reyes de La Tahona Cántabra, que durante los últimos años han protagonizado un éxito de ventas sin precedentes al agotarse en tiempo récord, regresan esta Navidad al Centro Comercial Peñacastillo.

La venta se realiza exclusivamente por orden de llegada a sus puntos de distribución, en el obrador de Pomar de Valdivia y en el propio centro comercial de Santander. No se admiten encragos previos.

Un éxito viral desde un pequeñísimo obrador rural

Desde la pequeña aldea de apenas quinientos habitantes donde se ubica su centro de operaciones, Marimar Celador, el alma detrás de estos dulces, atiende con una mezcla de orgullo y sorpresa la expectación generada. Según explica la propia artesana, la campaña anterior fue un hito que superó cualquier previsión logística.

“La gente no dejaba de llamarnos y escribirnos para conseguir el suyo. Fue abrumador”, relata Celador.

La clave de este fervor reside en una fórmula que ha permanecido inalterable durante más de sesenta años: una receta familiar ejecutada de forma estrictamente manual, rosco a rosco, respetando los tiempos de una producción que huye totalmente de la industrialización.

El impacto del producto no solo se midió en ventas, sino en una repercusión mediática que situó a este pequeño obrador en el mapa nacional.

La viralidad del roscón atrajo a medios de comunicación y a clientes de provincias limítrofes que se desplazaron expresamente hasta Santander para adquirir este significativo dulce navideño.

Marimar Celador recuerda con emoción cómo les sorprendió que tantos medios quisieran hacerse eco de su trabajo.

Para la artesana, saber que sus roscones han llegado a tantos puntos de la geografía española es un motivo de orgullo que les impulsa a mantener la excelencia, a pesar de las dificultades que conlleva una infraestructura pequeña.

Producción artesanal y número de unidades limitadas

Precisamente esa limitación de la producción artesanal a mano es la que ha obligado a implementar un método de venta sin reservas, encargos ni reparto. Con un equipo de apenas tres personas trabajando de forma ininterrumpida, la capacidad de producción es finita.

“Nos esforzamos todo lo que podemos, pero a veces es difícil cubrir toda la demanda. Somos un pequeño obrador que sigue haciendo las cosas artesanalmente”, confiesa la responsable.

A partir de esta semana, y hasta el próximo 5 de enero, el stand del Centro Comercial Peñacastillo despachará cada día los roscos recién horneados de las diferentes variedades que trabaja Marimar.

También hay incorporación de nuevas y llamativas opciones de roscón bañado y sabores contemporáneos como el de Ferrero, de Oreo, pistacho y otras opciones especiales.

Estas incorporaciones convivirán con los rellenos clásicos de nata, crema, trufa, dulce de leche, cabello de ángel o nutella, todos ellos manteniendo la tradicional sorpresa y el haba en su interior.

El número de unidades de cada variedad es muy limitada por su laboriosa produccion manual pero cada día vuelven a reponerse nuevas unidades recién horneadas de sus recetas más demandadas.

Oferta variada más allá del roscón

La oferta navideña se completa con una extensa gama de repostería tradicional que incluye panettones artesanos, turrones artesanos, cocodrilos de mazapán, quesadas, sobaos de mantequilla y sus reconocidas palmeritas de hojaldre, entre otras muchas opciones.

Para aquellos que prefieran acudir directamente al origen, el obrador de Pomar de Valdivia también permanecerá abierto al público, ofreciendo la misma selección de productos que el punto de venta santanderino.

Con las fiestas a la vuelta de la esquina, La Tahona Cántabra se prepara para una campaña donde la tradición artesanal vuelve a medirse con un éxito que parece consolidarse como una de las citas imprescindibles de la Navidad en el norte de España.