Antonio Gómez, el poeta experimental de Cuenca: “La crítica social es inevitable”
Este conquense afincado en Mérida es un creador artístico de poesía visual y objeto que experimenta con el entorno en su proceso creativo sin descuidar la crítica social
Cuenca
Antonio Gómez García es un poeta experimental nacido en Cuenca en 1951 y formado a la sombra del Museo de Arte Abstracto Español en el cambio de década de los sesenta a los setenta. Afincado desde hace décadas en Mérida, su poesía visual y sus creaciones artísticas han llegado a todos los rincones del mundo. En Hoy por Hoy Cuenca hemos querido charlar con él para conocer su trabajo y darlo a conocer a nuevas generaciones de conquenses que tal vez no asocien a este artista a la ciudad de las Casas Colgadas de la que presume allá donde va.
Antonio Gómez, el poeta experimental de Cuenca: “La imagen es el futuro”
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El impulso de Carlos de la Rica
Todo se inicia en Cuenca en 1972 con los libros 20 poemas experimentales y ...por qué no si aún quedan margaritas. ¿Cómo se dio esa circunstancia? ¿Qué ocurría por esos años en Cuenca? Habían pasado seis años desde que se inaugurara el Museo de Arte Abstracto Español y “surgió un pequeño grupo que conformamos varias exposiciones de poesía experimental en la Casa de la Cultura”, explica Antonio. “Allí estábamos Carlos de la Rica, Luis Martínez Muro, José Antonio Rojas y yo. Montamos una primera muestra en el 69, otra en el 70 y una más en el 72. Carlos de la Rica, en su editorial Toro de Barro, se arriesgó a publicar este tipo de poesía que en aquella época era muy poco conocida en España y publicada mucho menos. Carlos fue el motor de este tipo de creación en Cuenca”.
Obras a medias
Antonio Gómez deja sus obras a medias a merced del observador. ¿Qué espera que aporte el espectador? “Más que decir las cosas, intento sugerir”, responde, “para que el lector o espectador participe y sea el creador también de esa obra. Las dejo un poquito a medias para que sea completada por quien la vea en ese momento”.
Del verso a verso a las performances
Antonio Gómez supera ya los 50 años de trabajo creativo, un tiempo en el que ha abordado distintas técnicas y soportes pasando por la poesía visual, el poema y el libro objeto, instalaciones o el arte postal. “Empecé escribiendo poesía discursiva, verso a verso”, explica, “Algo que sigo haciendo todavía. No he dejado de escribir nunca. En un momento dado, el verso era algo puntual y necesitaba algo más. Ahí es donde poco a poco, después de hacer caligramas, empiezo a utilizar otros materiales, otros medios, empiezo a hacer poesía experimental. Y creo que es la mejor forma de definirlo ya que en ella entra la poesía visual, la poesía objeto, las performances”.
Cincuenta años en los que han evolucionado los materiales y la tecnología que, dice Antonio Gómez, “han supuesto un avance en mi creación. No tiene nada que ver con las limitaciones que pudiera tener en los años setenta cuando algo tan sencillo hoy en día como una fotocopiadora fue un gran descubrimiento. La tecnología y los materiales han enriquecido todo”.
Poeta social
Hay mucha crítica social en su obra. ¿Cómo ha sido la evolución de sus denuncias y qué le preocupa en la actualidad de esta sociedad nuestra? “Hacer poesía experimental no es lo mismo que escribir. Te sientas a escribir tranquilamente en tu estudio y desarrollas un tema. Yo no me siento a crear. A mi poesía experimental me la encuentro en una noticia de un periódico que de repente te sugiere una obra, en un objeto desconocido que te encuentras y que manipulas para crear. La crítica social, conforme están las cosas, es claro que surja y que esté presente en mi obra, hay que integrarse en lo que estás viviendo y es algo natural e inevitable”.
La influencia de Joan Brossa
Antonio Gómez recuerda que Joan Brossa, escritor barcelonés que cultivo distintas disciplinas literarias entre ellas la poesía visual y objeto, “expuso con nosotros en la Casa de la Cultura. A mí me descubrió su obra Carlos de la Rica que me pasó una serie de libros y revistas y que me facilitó también el contacto con Ángel Crespo, uno de los introductores en España de la poesía concreta brasileña”.
Las últimas moscas del siglo XX
¿Cuál es el soporte más extraño, o que más pueda sorprender al espectador, en el que ha creado un poema? “Quizá sean los objetos encontrados en la basura. En mi casa, la habitación en la que trabajo es un caos, no se atreve a entrar ni la familia. Yo me ocupo de limpiar y cuidar ese espacio. Barriendo un día, no sé por qué motivo, aparecieron muchas moscas ya muertas. Cuando las recogía para tirarlas me di cuenta de que no, que aquello era útil e incluso poético. Las eché en un frasquito y estuve unos días más cazando moscas para llenarlo. Luego hice el vacío y lo lacré. Coincidió que era el cambio de siglo y podemos decir que son las últimas moscas del siglo XX y a la obra la llamé Gran Reserva fin de siglo.
El poder de la imagen
¿Qué ocurre en la mente de Antonio Gómez para que algo tan asociado a una labor cotidiana pueda desprender ríos de poesía con una simple modificación o reinterpretación? Él va por la vida viendo cosas donde otros no vemos nada. En un mundo en el que las imágenes ganan terreno como lenguaje, “la imagen es el futuro”, asegura Antonio. “Hay que prestarle más atención y educar la imagen. Recuerdo mi infancia cuando adquiría los conocimientos a base de memorizar y poco más. Ahora un niño conoce la pantalla a través de la que se le inculcan conocimientos malos o buenos y los educadores la emplean. A eso añadimos que la imagen no necesita ser traducida y que puede ser reconocida en cualquier país del mundo”.
Paco Auñón
Director y presentador del programa Hoy por Hoy Cuenca. Periodista y locutor conquense que ha desarrollado...