El protagonismo estudiantil en la futura Universidad

La semana pasada comenté la orientación política del Anteproyecto de Ley de Universidades. Esta voy a tratar algunas cuestiones sobre la democracia interna. Ha llamado la atención que se le dé mayor voz y voto a los estudiantes, verdaderos sujetos activos de una enseñanza que se diga moderna. En la actualidad, ya participan en todos los órganos de la Universidad con porcentajes medios del 20%, inclinando a veces las decisiones en uno u otro sentido. Hay que aplaudir esta medida, contra el populismo negativo de algunos que hablan de libertinaje....Si por ellos fuera estaríamos todavía impartiendo las lecciones al modo de Fray Luis o de no hace tanto, con los estudiantes cabizbajos convertidos en copistas de apuntes, sin debatir con el profesor, ejerciendo ese arte tan necesario que es la dialéctica.

Por lo que se refiere al siempre controvertido tema de la elección del Rector, conviene saber que hace 30 años era el Claustro de la Universidad el encargado de esa elección; en él estaban representados estudiantes, profesores y administrativos, pero el sistema se abrió definitivamente cuando TODOS los estudiantes y también TODOS los profesores y TODO el Personal de Administración y Servicios pudo decidir quién debe regir nuestra institución. La sensación de combate entre programas, ideas y personas nunca se había manifestado con tanta intensidad.

El Anteproyecto pretende modificar ese sistema abriendo la posibilidad de que sea un órgano, integrado por entre 20 y 30 miembros, en el que estén representados todos los estamentos, el que elija al máximo dirigente de la Universidad. No comparto esa medida. Es cierto que se trata de un órgano equilibrado, con representación externa, para huir de la endogamia, pero siempre se tratará de la elección de unos “notables” que, cual caballeros en torno a una mesa, eligen a su Rey. Cada estudiante, cada profesor y cada administrativo debe sentir que participa en la elección del Rector. Ojalá se elimine esa posibilidad en la Ley.

Por lo que se refiere a la financiación, se distingue entre la estructural, que garantiza el funcionamiento de la Universidad (edificios, personal, etc.) y la orientada a objetivos, que está vinculada a una planificación plurianual y al cumplimiento de los objetivos marcados en dicho Plan. Se trata de una medida realista, aunque es cierto que todo depende del Gobierno que lleve las riendas en cada Comunidad Autónoma. Para que se entienda bien, en 2015, cuando accedieron a los Gobiernos de varias Comunidades Autónomas partidos de izquierda, los precios de las tasas universitarias cayeron exponencialmente, para favorecer la matrícula de quienes no cuentan con medios suficientes. Un buen sistema de becas y la garantía de continuidad en la financiación a las familias modestas resulta imprescindible para que podamos contar en unos años con multitud de jóvenes muy preparados y preparadas, que eleven el listón cultural y científico en nuestro país.