El difícil equilibrio entre las ofertas y el beneficio en el mercadillo de Cuenca
Sin restricciones por la pandemia, vuelven todos los puestos, pero los comerciantes afrontan la subida del precio del combustible e intentan combinar ofertas con ganancias
Cuenca
Cada martes se instala en Cuenca, en los terrenos del antiguo Serranía, el mercadillo, un espacio de venta ambulante al que recalan cada semana comerciantes procedentes de la provincia y de otras localidades de la región, muchos de ellos de pueblos de la Mancha. Además, ya sin restricciones por la pandemia, vuelven todos los puestos. Llevan ropa cosida de todas clases, plantas, frutas y verduras, menaje del hogar, calzado y hasta navajas de Minglanilla. Acostumbrados a la vida nómada para asistir cada día de la semana a un mercadillo distinto, afrontan el kilometraje con la subida del gasoil y de otros precios. Su venta se basa en las ofertas y en precios más bajos que otros comercios. No queda otra que hacer equilibrios para sacar algún beneficio en el negocio, algo cada vez más difícil en estos tiempos, como nos han contado muchos comerciantes en el siguiente reportaje que hemos emitido en Hoy por Hoy Cuenca.
El difícil equilibrio entre las ofertas y el beneficio en el mercadillo de Cuenca
22:03
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1653389276_030925/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
“Me gusta comprar en el mercadillo porque puedo llegar a fin de mes”, nos dice una señora que carga con varias prendas de vestir. Ha comprado camisas, jerséis, abrigos, faldas, pantalones…. “De todo”, dice. “Encuentro de todo. Lo compro, lo lavo, lo plancho y si tengo que devolverlo me lo cambian. Son unos chicos muy majos. Además, compro para toda mi familia”.
Ropa cosida de todas clases
La encontramos en uno de los puestos centrales donde venden ropa cosida de todas clases. Prendas que se amontonan por decenas (o por miles) y entre las que rebusca una clientela formada mayoritariamente por mujeres. Mueven las prendas una y otra vez. Cogen una, la estiran delante de sus ojos, la miran del haz y del revés, miden los hombros, la sisa, no les gusta o no les queda bien de talla y la dejan en el montón. Cogen otra y lo mismo. Al final encuentran lo que buscan. O no, y queda pendiente la compra para otro puesto o para otra semana. “Hay tantas cosas que no sabemos qué coger”, nos dice una mujer que hoy busca “una blusa de color blanco”.
Frutas y verduras
Pedro tiene un puesto de frutas y verduras. “Hoy vendo cebollas, ajos y verdura como lechugas, acelgas y puerros”. Lleva producto de temporada. “De aquí a nada llegan las cerezas”, dice, y pregona la calidad del género y sus ofertas por encima del barullo de la gente que se acerca a su puesto. “¡A euro los tomates! ¡Todo en oferta! ¡Por favor, no tirarse de golpe, uno a uno, por favor, no atosigue! ¡No se vende hoy, se regala!”
Pedro es de Pedro Muñoz (Ciudad Real) y hace mercadillos por pueblos manchegos como El Toboso o Miguel Esteban. A Cuenca viene los martes desde hace catorce años. “Llevo toda la vida, desde que tenía doce años. Es nuestro trabajo, no sabemos de otra cosa. Cada día en un sitio. Lo peor es el invierno”, nos dice mientras le dejamos con una clienta que reclama un precio de dos euros por kilo para la sandía. “Esas ya se han terminado, señora”, le dice Pedro. “Estas que quedan son a tres euros”.
Bueno, bonito y barato
“No venimos con regularidad”, nos dice una mujer que esta mañana está acompañada de una amiga. “Algunas veces vienes a por algo en concreto, pero otras vienes al azar, a mirar”. Hoy no han comprado nada. Aún. “Pero sí, compraremos”, nos dice la amiga. “Yo plantas y encurtidos, que me gustan. Y si surge alguna cosa que esté interesante de precio y es bonito, pues sí, picamos, picamos”.
Jesús lleva en su puesto “sábanas de la Viuda de Tolrá, sartenes de San Ignacio, cortinas, de todo un poco. A precios de escándalo”, nos dice este comerciante que acude los martes a Cuenca pero que hace otros mercadillos como Santa Cruz de Mudela, Corral de Almaguer y Horcajo de Santiago. “La cosa esta muy mal”, confiesa, y culpa al precio del gasoil. “Está muy caro. No nos sale rentable venir a Cuenca. Son muchos kilómetros”.
Ofertas en geranios
Sheila vende plantas de todo tipo. “Geranios, plantas ornamentales de todas la variedades, de interior, de Holanda, de Noruega, de Finlandia, exposición de cactus…”, enumera. “Vendemos todo el año variando el género por temporadas”. Hoy lleva en promoción tres geranios por cinco euros y las petunias a un euro. “Por veinte euros te llevas una caja de plantas para solucionar el patio”, nos dice esta comerciante de Albacete que acude también a los mercadillos de Villarrobledo, Motilla del Palancar o Las Mesas. “Me muevo por toda España”, dice, mientras echa cuentas ante la actual subida de los precios y la repercusión en sus ganancias. “Vamos sacando de dónde no hay”, concluye.
Mayoritariamente mujeres
Los clientes de este mercadillo de Cuenca son casi todas mujeres, amas de casa y muchas ya jubiladas. “Venimos todas las semanas a dar una vuelta”, nos dicen tres amigas. “Este puesto de calzado es muy bueno y suelo comprar aquí siempre las zapatillas”. Las atiende David que vende “calzado de estar por casa y de verano”, nos dice. “A buen precio. Eso siempre, que si no la gente no compra”, se ríe. David es de Villarrobledo y este de Cuenca es el mercadillo más lejano al que acude cada semana. “Vamos más por Socuéllamos o San Clemente”.
Paco Auñón
Director y presentador del programa Hoy por Hoy Cuenca. Periodista y locutor conquense que ha desarrollado...