Tras una vida en Alemania, una pareja de emigrantes vuelve a su pueblo de Cuenca

Cuenca

Es una historia de ida y vuelta. De tantas que han vivido aquellos que emigraron en los años 60 de España para buscar una vida mejor en países europeos. Lo vimos en la película ¡Vente a Alemania, Pepe! que dirigió Pedro Lazaga en 1971, y que protagonizaron Alfredo Landa y José Sacristán. Una de esas historias es la de Mari Luz Romero y Javier Alonso, ella de Castejón (Cuenca); él de Sotobañado y Priorato (Palencia). Tras vivir desde muy jóvenes en Alemania, ahora con su jubilación, han decidido volver a España y centrar su residencia en este pueblecito de la Alcarria conquense. Mari Luz nos ha contado su historia en una entrevista en Hoy por Hoy Cuenca.

“En Castejón se está divinamente”, dice Mari Luz, asomada a los paisajes que se ven desde el conocido como Balcón de la Alcarria. ¡Qué distinta es esa panorámica a la que ha podido ver desde su casa en Alemania, “que es totalmente diferente”, dice, “primero en Colonia, luego en Duisburgo”, desde que llegó allí “con solo seis años”, nos cuenta, de la mano de sus padres, emigrantes conquenses.

De Cuenca a Alemania

En 1961 los padres de Mari Luz llegaron desde Castejón a Colonia. Un año después, una vez asentados y con trabajo, volvieron a Cuenca y se llevaron a su hija. “No sé si soy alemana o española, en qué pienso, era muy pequeña. Luego llegó mi hermano Carlos y mi hermano Jose nació allí”. El padre de Mari Luz “era carpintero y ebanista y estuvo en Madrid pero no había trabajo y querían encontrar una trabajo mejor”.

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Mari Luz no recuerda que tuviera problema para aprender el alemán, “los niños en seguida lo aprenden de pequeños”, dice. Después estudió Turismo y ha trabajado en una agencia de viajes, primero empleado y los últimos 30 años por su cuenta.

De Palencia a Alemania

Javier Romero fue a Alemania con 17 años. “Al principio no le gustaba, se quería volver, no encontraba trabajo”, recuerda su mujer. Toda la familia de Javier estaba ya en Colonia, “sus padres y sus seis hermanos. Al principio trabajó en un supermercado hasta que aprendió el idioma, luego en una fábrica de motores, después trabajó ya toda su vida en Correos”.

Encuentros en la Casa de España

“Entonces había muchos españoles allí”, recuerda Mari Luz. “En la Casa de España se podía estudiar incluso el Bachillerato en español y había una parroquia. Nos conocimos allí, yo con 16 años, él con 17, a los tres meses de que llegó”.

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Los veranos en Castejón

“Siempre veníamos a Castejón”, cuenta Mari Luz. “A veces íbamos a Palencia, pero más aquí porque estaban mis padres y a mi marido siempre la ha gustado mucho la gente de este pueblo y mi familia. Además, casi siempre es el pueblo de la mujer el que manda. Aquí estamos en paz y muy felices”.