Feliz cumpleaños

Mi padre cumple años. Está cerca de los noventa. Desde pequeño he visto el Mundo a través de los ojos de mi padre. Unos ojos del color de la Sierra que le vio nacer. Una Sierra que ha amado, disfrutado, contemplado y recorrido hasta que sus piernas decidieron tomarse un descanso. Era aquel un Mundo encalado, lleno de agua cristalina y en tonalidades verdes. Verde que te quiero verde. Verde viento, verdes ramas el barco sobre la mar el caballo en la montaña. Verde que yo te quiero verde.

Este paisaje acompañó al valiente de mi padre cuando con pocos años de edad, domaba las mulas que traía mi abuelo Manuel, subiéndose a ellas al más puro estilo apache, con el animal al galope, y como montura y bridas, su pelaje. Una Sierra que no asustó a mi joven padre para ir en soledad por ella a vender a los Campos de Montiel y traerse género para la tienda que mis abuelos regentaban. Unas Tierras que pateó sin molestia alguna hasta llegar a Albacete para ir pregonando de calle en calle la venta de unas nueces que previamente había recogido.

Una Ciudad como Albacete que se pateo de arriba a abajo sin ningún complejo y en donde tuvo que dormir muchas veces al lado de las caballerías que transportaban su mercancía en la Posada del Rosario y en donde en la mayoría de las noches, no tuvo más remedio que hacerse amigo de todas las pulgas y los chinches que en ella habitaban. Y todo con su mirada verde. Verde que te quiero verde. Verde viento, verdes ramas el barco sobre la mar el caballo en la montaña. Verde que yo te quiero verde.

Una mirada fuerte y curtida en la que leías perfectamente el mensaje que quería transmitir. Una mirada verde que paseó por toda España y por parte de Europa, en la gran cantidad de camiones que tuvo que conducir para poder llevar dinero a casa. Había meses que ni lo veíamos y siempre que podía llamar para hablar con nosotros, estaba aquella actitud fuerte y valiente ante la vida.

En el día de su cumpleaños he comido con el. Le he mirado esos preciosos ojos verdes y estaban llenos de miedo. Miedo a no llegar a final de mes. Miedo a que le puedan cortar la luz si sigue subiendo. Miedo a que le bajen la pensión. Miedo a no poder llenar el depósito del coche. Miedo a no poder pasear por una ciudad llena de obstáculos. Miedo a no poder ir a el centro de la ciudad pues no ha estudiado lo suficiente como para manejar las maquinas de la hora, probablemente diseñadas por y para altos cargos de la NASA. Miedo a que le roben mientras saca dinero con una tarjeta de crédito que le han dado a la fuerza para que no pase por ventanilla, pues están muy ocupados para poder atenderle. Miedo, miedo, miedo y más miedo.

Miedos infundados la mayoría de las veces por los medios de comunicación. Miedos provocados la mayoría de las veces por partidos políticos. Miedos forzados la mayoría de las veces por no incluir en los planes comunes a todos los ciudadanos. Miedos estratégicos la mayoría de las veces que hacen que mi padre quiera escapar. Y lo haría, no lo dudéis. Pero sus piernas ya no le responden. Y por eso ha decidido refugiarse en su casa y renunciar a ir al parque, el único verde real que le quedaba en su vida.

De verdad esta es la sociedad que queremos? De verdad no podemos establecer planes que se adecuen a todos? De verdad no podemos pensar un poco en todos aquellos y aquellas que no están en disposición de hacer cambios drásticos en sus vidas? De verdad nos estamos convirtiendo en esta mierda de sociedad? De verdad somos incapaces de contemplarlo todo desde el verde más limpio, puro y oxigenado?. Papá, no tengas miedo que aquí estoy y mientras tenga fuerzas lucharé por que ese Mundo en verde, siga siendo tu aliado. Verde que te quiero verde. Verde viento, verdes ramas el barco sobre la mar el caballo en la montaña. Verde que yo te quiero verde.

Feliz Cumpleaños, Papá