Negocios que desafían la inflación: "La gente ya va ajustada con los sueldos y pensiones"

Toledo

Quedan pocos pero algunos aún resisten. Establecimientos que a pesar de la subida de la energía y de las materias primas han decidido no repercutir estos incrementos en sus productos y servicios. Se trata, en su mayoría, de pequeños negocios, que mantienen un trato muy cercano, casi familiar, con el cliente, y que se ubican en barrios con rentas medias o bajas.

En el toledano barrio de Santa Bárbara, se encuentra la lavandería autoservicio de Francisco José, que pese a pagar un 30 por ciento más que hace un año en luz, gas o detergentes no ha aumentado el precio de sus servicios. "Este es un barrio humilde y trabajador. La gente va ajustada con los sueldos y pensiones. Hay mucha gente mayor", explica su propietario y único empleado.

Francisco José prefiere mantener precios competitivos para mantener la clientela en un servicio que, a priori, explica, puede ser considerado "de lujo" en un momento como el actual. "Son clientes fieles y queremos devolverles la moneda y mientras podamos aguantar queremos que sigan pagando lo mismo ", asegura tras advertir, eso sí, que la situación podría cambiar si los costes siguen subiendo.

Tampoco lo ha hecho Raúl, propietario de una peluquería de caballeros en el mismo barrio. Gasta el doble en luz pero su precio, once euros el corte, se mantiene congelado desde hace tres años. "Las cosas están mal y si sube todo vamos todos al garete. La factura de la luz ha subido el doble, los productos también, pero aguantaremos hasta que podamos", afirma.

Misma situación en la peluquería de Carolina, en el barrio de Santa Teresa, que mantiene los mismos precios pero que se está planteando una subida a partir del mes de agosto. Pese al encarecimiento de la cesta de la compra y de otros productos señala que su clientela no ha mermado. "Cuesta mucho afrontar los pagos y seguir con el mismo precio de antes", reconoce esta peluquera.

Algunos bares ya incrementaron sus precios a principios de año y, de momento, se resisten a aplicar nuevas subidas. En el barrio de Antequeruela y Covachuelas, el Bar Sierra ya aplicó una subida de diez céntimos de media en algunos productos el pasado mes de marzo. Javier, su dueño, prefiere esperar a ver como evoluciona la situación antes de volver a subir los precios de sus cañas y cafés. "Una subida tras otra nos parece un poco fuerte para los clientes".