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Los 'loros' que se salvaron del incendio de Sevilleja de la Jara (Toledo)

Nada que ver con las aves exóticas que todos conocemos

Efectivos de la UME en el incendio de Sevilleja de la Jara / UME

Ciudad Real

La mayor población de loro de Castilla-La Mancha, una especie vegetal considerada una reliquia botánica del Plioceno, finalmente pudo quedar a salvo del incendio de Sevilleja de la Jara (Toledo), donde se llegaron a quemar más de 500 hectáreas de terreno.

Así lo han constatado los miembros de la asociación Natour de Ciudad Real que elaboraron el inventario de esta especie en Castilla-La Mancha y que a lo largo de este fin de semana han realizado un nuevo trabajo de campo en la microrreserva de la Garganta de Las Lanchas, lugar que acoge la mayor población de loro de Castilla-La Mancha y que estuvo gravemente amenazada por las llamas.

El profesor de Geografía de la Universidad de Castilla-La Mancha, Rafael U. Gosálvez Rey, autor junto a los naturalistas Mario de los Reyes Martín, Montserrat Morales, Marisa Nogueras y Monserrat Nogueras de este trabajo, ha detallado a Efe que han podido comprobar que la práctica totalidad de los ejemplares de loro se han salvado del incendio.

El trabajo de campo ha revelado que sólo se ha perdido un pie de un ejemplar con una altura de 5 metros, mientras que otro ejemplar, de una altura de 3,6 metros, resultó flameado por las llamas.

"Son muy buenas noticias que el fuego finalmente no alcanzara la zona, porque ha quedado a salvo una de las últimas poblaciones de loro de Castilla-La Mancha, una especie que sólo está presente en Los Montes de Toledo en dos poblaciones, una repartida por el río Gévalo y alguno de los arroyos que drenan a este río, como sería la Garganta de Las Lanchas; y luego la población del Parque Nacional de Cabañeros".

Gosálvez ha explicado que "el nombre de esta especie vegetal nada tiene que ver con el pájaro, sino que su nombre viene de lauros, de laurel, y es un topónimo de origen lusitánico, de origen portugués, que en realidad hace referencia a una planta con una apariencia de laurel".

El loro, ha seguido detallando, "es del género prunos, con lo cual está emparentado o podríamos decir que es primo hermano de cerezos y almendros, y es una especie que en Castilla-La Mancha se encuentra muy amenazada, siendo posiblemente las loreras uno de los hábitat más amenazado en cuanto a individuos y su distribución espacial".

Esto es así, ha dicho, porque "está acantonado en muy pocos lugares como en Sevilleja de la Jara, Robledo del Mazo, Robledo del Buey y el Parque Nacional de Cabañeros".

El loro, ha advertido, se encuentra catalogado como especie amenazada a nivel europeo, y es considerada como un elemento florístico reclicto paleotropical, del área terciaria, de ahí que muchas veces se hable de una planta fósil o de una planta prehistórica".

El profesor Gosálvez ha comentado que el incendio que se desató hace unas semanas en esta zona afortunadamente no llegó al grueso de la población de loro, pese a que inicialmente se pensaba que si lo había hecho.

El trabajo de campo posterior ha permitido comprobar que se ha salvado "por los pelos", la población más importantes de esta zona.

En este sentido, ha agradecido el esfuerzo realizado por los Servicios de Extinción de Incendios de Castilla-La Mancha (Infocan) para preservar de las llamas un espacio tan emblemático como este.

Y ha comentado que en casos como este, es importante "intentar salvaguardar, en la medida de lo posible los lugares que cuenta con un alto valor vegetal, a pesar de la dificultad que sabemos entraña situaciones como las que provoca un incendio forestal".

Por su parte, Mario de Los Reyes, otro de los autores del inventario de loro en Castilla-La Mancha, ha recordado que esta población de es la más numerosa y mejor conservada de todas las que muestreó durante el trabajo de investigación, al estar compuesta por 405 individuos que presentaba una numerosa regeneración asexual"

Y ha apuntado que en el análisis demográfico que se realizó durante este trabajo se pudo observar la heterogeneidad de la población en las edades intermedias, encontrando buena representación de ejemplares viejos y un elevado valor de regeneración que representaba el 70% de la lorera