Cómo aprovechar las vías muertas de Cuenca para un uso lúdico y turístico

Cuenca

El tren convencional de Cuenca, en su tramo entre Tarancón y Utiel, ya no cuenta con servicio ferroviario. La comunicación se presta con autobuses por carretera. Entre Utiel y la capital conquense los trenes dejaron de pasar en enero de 2021 y entre Tarancón y Cuenca el último tren pasó el 19 de julio de este 2022.

Todo esto viene contemplado en el plan xCuenca, promovido por el Ministerio de Transportes y apoyado por la Junta de Castilla-La Mancha, la Diputación Provincial y el Ayuntamiento de Cuenca, y criticado por movimientos ciudadanos como Pueblos con el tren o la Plataforma en Defensa del Tren Público y Social, y pretende desmantelar este trazado ferroviario, urbanizar los terrenos de Adif en el centro de Cuenca, Carboneras de Guadazaón y Tarancón, potenciar la comunicación por autobús entre los pueblos y comarcas de la línea férrea, mejorar los servicios de alta velocidad de Cuenca e implantar el servicio Astra (ya operativo desde este verano) que comunica la capital con las localidades cercanas de Jábaga, Chillarón, Villar de Olalla y Arcas.

¿Pero desmontar las vías es la mejor opción? El plan xCuenca así lo contempla para crear vías verdes, pero no a todos les parece una buena idea. De mantener las vías se podría recuperar el servicio de trenes en un futuro, apuestan los defensores de este medio de transporte. Otros, como José Luis Pinilla, fundador y CEO de Mare Ingeniería, defienden mantener las vías y promocionar su uso lúdico y turístico. Nos ha contado sus proyectos en una entrevista en Hoy por Hoy Cuenca.

Mare Ingeniería es una empresa dedicada a recuperar viejos vagones y locomotoras o a inventar medios de transporte para circular por vías muertas, cuyo lema es Construir, transformar e inventar. “El ferrocarril siempre ha sido mi pasión”, confiesa Pinilla. “En 2009 conseguí materializar aquel sueño con una sociedad mercantil para poner en valor los aspectos históricos, lúdicos y turísticos del ferrocarril”.

Pinilla encuentra el germen de la actividad que hoy desarrolla en el cierre de líneas de tren a mediados de los ochenta “un poco”, dice, “lo que vemos ahora también con las líneas deficitarias. Entonces había que entrar en la Unión Europea y había líneas que no se habían modernizado, estaban en un estado calamitoso y el Gobierno tuvo que cerrarlas. Yo descubrí estas vías en el año 2000 y empecé a imaginar el potencial turístico que tenían estos raíles fuera del uso comercial y habitual de los trenes”.

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El ejemplo de Francia

Pinilla nos pone como ejemplo el aprovechamiento de vías muertas en Francia. “En este país encontramos tanto veloraíles [pequeña plataforma con ruedas sobre raíles, con dos bicicletas acopladas para el desplazamiento sobre las vías de los usuarios mientras pedalean] como trenes turísticos en vías muertas reconvertidas en algo súper novedoso y atractivo”.

Producto turístico de primer orden

“Lo peor que le podía pasar a Cuenca es que le quitaran las vías para hacer un camino”, dice Pinilla, “porque Cuenca ya tiene senderos, además, las vías verdes tienen que ser primas hermanas de las vías férreas. En base a mi experiencia sé que Cuenca tiene todas las potencialidades para hacer un producto turístico de primer orden”.

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Destaca Pinilla la “buena conexión de la ciudad con núcleos urbanos como Madrid o Valencia” y recalca que la línea en sí dispone de “recursos paisajísticos únicos, sobre todo en el tramo entre Cuenca y Utiel, con parajes impresionantes como Los Palancares o el entorno de Enguídanos”. Además, “la vía está en un estado perfecto para hacer circular veloraíles o trenes turísticos a baja velocidad porque hay que recordar que hasta hace dos días los trenes estaban circulando por ahí. A esto se suman otros recursos como la gastronomía que la hacen una candidata perfecta para usarla con la vía, con los raíles, no levantarla para hacer un camino de tierra, algo que yo lo veo como un sinsentido”.

No permitas que te quiten la vía

Desde Mare Ingeniería han promovido este verano una campaña en su cuenta de Facebook para evitar que se desmantele la vía del tramo ferroviario Tarancón-Cuenca-Utiel. “He creado ese grupo de Facebook para hacer didáctica, no para hacer debates políticos ni armas arrojadizas estériles, simplemente para hacer ver a la ciudadanía el recurso tan importante que tienen. Hasta ahora solo habíamos conocido el recurso turístico de la vía verde, que está muy bien, pero lo que no se ha explicado es el potencial que tiene una vía férrea para usar como recurso turístico. Eso es lo que trato de hacer”.

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El ferrocarril de Ardeche

El ejemplo en el que se fija Pinilla para desarrollar en las vías muertas de Cuenca es el tren de Ardeche o FFCC Vivarais de Francia. “Llevan más de veinte años explotando este recurso que para mí es el modelo paradigmático y el mejor gestionado porque combina circulación de veloraíles, de estos vehículos a pedales, con trenes turísticos a vapor. Además, están perfectamente organizados. Tú puedes hacer la subida en tren y la bajada en veloraíl, en cada estación te venden productos típicos, hay vagones de tren reconvertidos en restaurantes. Cuando estuve el pasado mes de julio, en plena ola de calor, aquello estaba lleno de turistas deseosos de abrasarse bajo el sol y hacer el recorrido del veloraíl. Me imagino el atractivo que esto tendría en un sitio como Cuenca porque en Francia hay cincuenta, pero en España no hay ninguno. Puede ser un motor económico de primer orden y no hay competencia”.

La unión hace la fuerza

Pinilla propone que sean los ayuntamientos del trazado de tren de Cuenca quienes se unan y, siguiendo el reciente ejemplo de Hellín (Albacete) alcancen “un acuerdo con Adif para el uso en alquiler de las vías durante un periodo concreto a un precio razonable y que ellos creen un producto turístico a su medida”.