Esperanzas otoñales
La firma de opinión del catedrático de Bioquímica y Biología Molecular Jorge Laborda
Esperanzas otoñales
Albacete
Comienzo el otoño esperanzado tras las notables bofetadas que el verano ha propiciado a la Humanidad que habita en el hemisferio norte y que sin duda en unos meses propiciará a los habitantes del hemisferio sur cuando comience allí la estación estival. Este verano, las olas de calor, los incendios y la sequía no se han limitado a zonas concretas, sino que han azotado a la mitad norte del mundo sin gran discriminación. Y es que, por fortuna, el verano termina haciendo finalmente del cambio climático un hecho patente, palpable e indiscutible para la gran mayoría.
En este sentido, una reciente encuesta realizada por la empresa Simple Lógica para eldiario.es recoge que el 83% de la población española estima que el cambo climático es una amenaza que debe combatirse con urgencia y que casi el 70 % considera necesario limitar el uso de vehículos privados y poner en marcha medidas de ahorro energético.
Los datos de la encuesta son buenos, pero calificar el cambio climático de “amenaza” no me parece adecuado. Una amenaza no es aún realidad, pero el cambio climático ya lo es. Y es que muchos siguen atrapados en un lenguaje negacionista aún sin ser conscientes de ello.
Sin embargo, lo que me más me ha llamado la atención de los resultados de la encuesta es que de un quinto a un tercio de los encuestados todavía niegan o no ven la urgencia de enfrentarse al cambio climático. Este porcentaje depende del partido político al que los encuestados votan, siendo los votantes de izquierda los que más importancia conceden al cambio climático, y los votantes de derecha, los que menos, con el mínimo alcanzado por los votantes de extrema derecha.
Imagine usted una encuesta en la que se preguntara si cree usted que dos y dos son cuatro, y el porcentaje de los que respondieran que sí dependiera de la opción política a la que votaran. Absurdo, ¿verdad? Y es que la ciencia y la lógica no son susceptibles de ser votadas. La ciencia estudia la realidad y determina los hechos y es luego la política la que debe decidir qué hacer con esa realidad, es de esperar que de manera sensata, pero en ningún caso la solución será negarla. Vote usted lo que vote, dos y dos son cuatro y el cambio climático ha sido establecido con claridad por la ciencia como causado por la actividad humana. Lo hemos causado y seguimos haciéndolo crecer. Calentará, secará y calcinará cada vez más los próximos veranos, a menos que la Humanidad cambie radicalmente y pronto el rumbo que aún sigue con respecto al empleo de combustibles fósiles.
Esperemos que las olas de calor, los incendios y la sequía del verano que acaba de terminar consigan convencer a los que aún dudan de esta realidad, y nos haga reflexionar y mentalizarnos a los ya convencidos para afrontar las dudas medidas que la Humanidad en su conjunto va a tener que adoptar para frenarlo.