Opinión

Una innovación incómoda

La firma de opinión del catedrático de Bioquímica y Biología Molecular, Jorge Laborda

Jorge Laborda

Una innovación incómoda

Albacete

El pasado 14 de octubre se celebró el acto de presentación del anuario 2022 de la fundación Cotec, una fundación privada sin ánimo de lucro, dirigida por Cristina Garmendia, cuya misión es promover la innovación como motor de desarrollo económico y social. Este año, el informe de Cotec versaba sobre el problema de la innovación y la desigualdad.

Lo más interesante del acto, cuya grabación esta disponible en Internet, no fueron las intervenciones de los ponentes, sino el experimento social que se realizó al final de este. Al comienzo del evento, cada invitado recibió de manera gratuita cien boletos para una rifa que tendría lugar o no según el resultado de este experimento. Si la rifa se celebraba, el ganador recibiría la bonita cantidad de cuatro mil euros.

Para que la rifa tuviera lugar, era necesario que los invitados en su conjunto donaran el 70% de los boletos que habían recibido gratuitamente. Si alguno de los boletos donados resultaba ser el agraciado en el sorteo, los cuatro mil euros se destinarían a plantar árboles que compensaran la huella de carbono generada por el acto, estimada en 13 toneladas de CO2. Sin embargo, si no se donaba el 70% de los boletos, la rifa no tendría lugar. No se plantarían arboles ni tampoco, obviamente, nadie gozaría de la oportunidad de ganar los cuatro mil euros con el 30% de los boletos restantes.

Como vemos, el experimento generaba un dilema entre el interés particular y el interés común. Para que todos tuvieran la posibilidad de ganar algo, cuatro mil euros o que se plantaran árboles, bastaría con que cada uno de los participantes donara setenta de sus cien boletos. Esa era la simple decisión racional que cada uno podía tomar. Sin embargo, lo más probable sería que los más generosos (o tontos) los donaran todos, pero los más egoístas (o listillos) no donaran ninguno. ¿Se llegaría de todas formas a la cifra demandada?

Pues bien, a pesar de lo selecto de la audiencia, de que probablemente cobren salarios muy superiores a la media española, y a que cuentan con una formación y preparación también superior a la media, la cifra del 70% de boletos donados no se alcanzó. La rifa no tuvo lugar, los árboles no se plantaron. Todos perdieron.

Al reflexionar sobre este resultado, Jorge Barrero, director general de Cotec, mencionó que el experimento ilustra la dificultad de llegar a un acuerdo cuando se enfrentan intereses contrapuestos. Por mi parte, me permito apuntar que tal vez no sea importante innovar solo en tecnologías punteras, sino también en tecnologías que permitan conseguir una sociedad en la que la persecución de intereses particulares, que suelen estimarse como legítimos, no acabe por llevarnos a un punto irreversible en el que todos los selectos invitados a vivir en el planeta Tierra acabemos perdiéndolo todo. Creo que, además, que esa tecnología es conocida desde hace largos años, se llama educación en valores. Usémosla.