La humanización de la salud: un derecho fundamental

Albacete

Cuando hablamos del derecho fundamental y universal a disfrutar de una salud adecuada, nos referimos siempre al doble ámbito de la salud física y de la salud mental, en línea con la definición tradicional de la Organización Mundial de la Salud que incluye ambas vertientes.

Nuestra Constitución garantiza ese derecho y la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea lo ratifica, añadiendo que se garantiza un elevado nivel de protección de la salud humana en toda Europa.

Si leemos el Estatuto de Autonomía de nuestra región, vemos que es competencia regional todo lo relativo a la sanidad e higiene y a la promoción, prevención y restauración de la salud.

Una de las líneas de actuación de la Consejería es la de humanizar la atención sanitaria. Para ello se ha creado una dirección general de humanización (cuya denominación puede resultar algo chocante), que concentra la competencia transversal para cumplir esa tarea. En 2021 se publicó el Decreto que explica este pilar estratégico del Plan de Salud de Castilla-La Mancha con un horizonte en el año 2025.

¿Qué significa humanizar la sanidad? lograr que la experiencia sanitaria sea cada día “más cercana, positiva e integradora”.

La dirección general de humanización ha abierto un proceso de consulta pública para elaborar el Plan de Humanización y dicho proceso se encuentra abierto hasta el 30 de noviembre en el Portal de Transparencia de la región. Mediante este instrumento participativo todos y todas tenemos voz en el diseño de un sistema sanitario regional más integrado, más audaz y mejor diseñado para afrontar sus retos más importantes: el envejecimiento y la despoblación generalizada, con un progresivo vaciamiento de los pueblos, por la convergencia de la defunción y la emigración.

Como puede observarse, desde la normativa europea hasta el último rincón de Castilla-La Mancha puede trazarse una línea continua de normas y procedimientos para mejorar la salud humana. Pero nada de ello servirá si no logramos que, dentro de ese plan de humanización, se integre también la obligación de incrementar seriamente el presupuesto para que la calidad de la atención sanitaria sea acorde con un país europeo del siglo XXI.