La ciudad encontrada
La opinión del crítico Juan Ángel Fernández
Juan Angel Fernandez
Albacete
Como la aparición de las aguas en Egipto frente a Moisés... ejem... mejor: como la alucinante visión de la irrupción de los dos millones de Leds al alcalde de Vigo que propició semejante deslumbramiento de su pueblo a cientos de alcaldes nacionales (la envidia es etérea) que inmediatamente imitaron el prodigio luminotécnico para mayor pasmo de ciudadanos no acostumbrados a semejantes demostraciones de originalidad y presupuestos contra el ahorro energético aconsejado por gobiernos y expertos en raciocinios... así, así surgió de pronto la navidad en nuestra ciudad, no nos engañemos, no acostumbrada a demostraciones tales de poderío energético y originalidad musical (sobre todo eso) acompañada de un ensanchamiento de calzada que ya hubiera impuesto con mimo y presunción histórica de haberlo sabido, Don Mariano Roca de Togores y Carrasco, Marques de Molins. La gente, el pueblo, se lanzó a la calle estos días pre-navideños como si no hubiera un mañana a disfrutar del nuevo look de la ciudad. En eso, sí: ganaron por goleada los imitadores del corregidor gallego. Un éxito de pueblo alborotado, como si la Feria de Albacete se presentara de cuerpo presente en pleno invierno: Uno-cero y el ayuntamiento de portero.
Firma de opinión | Ciudad, por Juan Ángel Fernández
A uno le dio estos días, aprovechando la bonanza de los tiempos vacacionales familiares, por visitar el Refugio Antiaéreo resguardado de las bombas franquistas situado en plano Altozano frente al antiguo Banco Central, el de su arquitecto Isidro de Benito en 1926 o peor, el del Negro Banco Central y después Blanco Banco Central y después... vete tu a saber cómo se llame ahora. El sotanal es un laberinto de tierra cuidado y organizado que impresiona si le das a la imaginación y se te representan las alarmas del 37 con los bombarderos alemanes e italianos de Francisco Franco haciendo blanco en la entonces acojonada ciudad. Lo inauguró el alcalde Manuel Pérez Castell el 31 de enero de año 2000 coincidiendo con el Año Internacional de la Paz a cuyo acto acudió Federico Mayor Zaragoza director general de la UNESCO. Si la imaginación está de ensoñamientos a lo mejor se te aparece entre los túneles un sofisticado bodegón con infinidad de recovecos para guardar el mejor vino... pero la imaginación no suele estar con tonterías y es más fácil simbolizar el rigor de la humedad invernal entre los vahos y relentes y las constantes inundaciones que sufría el refugio. El antiguo Ayuntamiento lo recuperó al público casi como se lo encontró, ya que presenta un estado de conservación francamente aparente. Sin duda el apoyo informativo de Valle y Terelia, las chicas que acompañaron nuestra visita fueron decisivas a la hora de interpretar cada uno de los numerosos paneles informativos y gráficos. Así supimos de la existencia de unos Baños Públicos ubicados en plenos jardines del Altozano hace un montón de años, de la demanda aún existente sin que nadie mueva una reclamación por la recuperación de la Bicha de Balazote o de la cantidad de idas y venidas de edificios históricos que han protagonizado a lo largo de la historia el centro neurálgico de nuestra ciudad.
Este año, con esta, visita absolutamente recomendada a todos, hemos disfrutado de nuestra ciudad encontrada.