Opinión

Un barquito que no podía navegar

¿Por qué no se lo vendemos a los del Puy du Fou? Tienen espacio de sobra, tienen dinero y seguro que se les ocurre algún espectáculo, pueden montar un Tajo artificial, limpio y navegable

Un barquito que no podía pasear (15/02/23)

Toledo

Ya sabrán todos ustedes que en Toledo tenemos un río lleno de mierda, con perdón, y con un caudal penoso, pero tenemos un barco. Un barquito como el de la canción “que no podía, que no podía, que no podía navegar” Costó hace ya 8 años, mas de 300.000 euros y nos sigue costando casi 5.000 euros al año sin que el pobre y desgraciado barco haya podido ni rozar el agua del río. Para los que no se sepan la historia se la resumo brevemente:

El anterior presidente popular de la Diputación, Arturo García Tizón, tiene la gran idea de comprar un barco para que navegue por el parque arqueológico de Ciudad de Vascos. La idea era peregrina: primero porque el río en ese tramo y otros muchos no está para que lo navegue ni una lancha motora y segundo porque quizá sea la nuestra, la diputación más alejada del mar. Pero al parecer necesitábamos un barco. Lo compran ellos, lo pagamos todos y a los pocos meses el PP pierde la Diputación. El nuevo equipo de Gobierno no sabe qué hacer con el barco y lo deja varado en Ribadeo.

Y allí está, después de 6 o 7 subastas para intentar venderlo, nada, no lo queremos nosotros y no lo quiere nadie. Hasta aquí los hechos. Ahora las soluciones ¿Qué opciones tenemos? No nos vamos a engañar pocas. Algunos han apuntado la idea de que el barco se venga para Toledo y navegue por el Tajo en los tramos en los que el caudal lo permite. No lo veo. No está el río para mirarlo ni para olerlo desde un barco y además dudo mucho que en momentos, como el verano, el barco no se quedará pegado a los fangos del fondo del río. Vamos a intentar ser más imaginativos.

¿Por qué no se lo vendemos a los del Puy du Fou? Tienen espacio de sobra, tienen dinero y seguro que se les ocurre algún espectáculo, pueden montar un Tajo artificial, limpio y navegable. Yo moriría por verlo. Otra idea es vendérselo a algún restaurante de estos de bodas y comuniones, pueden cocinar allí espetos y cangrejos, de río. O a algún empresario de la noche que quiera montar una sala de fiestas o una discoteca en el barquito estilo la serie “Vacaciones en el mar”, contratas a un calvo, sin querer ofender a nadie, que te haga de capitán Stubing y lo tienes hecho.

Se me ocurren otros usos, menos legales para los que también podría valer, pero se aceptan ideas e interesados en comprarlo para cualquier uso. Y si en un plazo razonable no encontramos ninguna opción, propongo traemos el barco y dedicarnos a destrozarlo entre todos los toledanos, así rollo terapia antiestrés, porque lo que es inaceptable es gastarse más de 300.000 euros en un barco y otros 40.000 en estos últimos años para mantenerlo varado. Es una opinión de una Toledana de Toda la Vida