Cadáveres en el Camp Nou

Albacete

Muchas historias de suspense y terror comienzan cuando se descubre que ese personaje impoluto, buen padre de familia, reconocido por su entorno social como ejemplar y generoso con diversas organizaciones filantrópicas, escondía en su jardín unos cuantos cadáveres de personas a las que se dio por desaparecidas después de una larga búsqueda. A veces pasan años hasta que tiene lugar ese gran descubrimiento.

Imaginemos ahora que los vecinos de ese prócer dijeran ¡bah! No es para tanto, el pobre tuvo que aguantar una mujer insufrible o unos hijos indeseables…¿qué querían que hiciera? Ya, pero ha matado a 10 personas…..Sí, pero la gente muere por una u otra causa, lo importante no es la causa sino la muerte y esa nos espera a todos, más tarde o más temprano…..o muy temprano, pero incluso en ese caso, el creyente vive una eternidad un poco más prolongada.

Nos causaría estupor, no sabríamos si reír (¿es una broma?) o llorar (¡qué mundo es este!)

Pues eso es exactamente lo que pasa -a mi juicio- con el sorprendente y demoledor descubrimiento de un pago de 7 millones de euros durante ¡20 años! al Vicepresidente de la organización oficial de los árbitros de fútbol por parte de uno de los equipos más rumbosos de nuestro país, el Barça, que junto a mi Real Madrid forman un dueto imprescindible para que el “negoci” siga bien pujante. Tras el horroroso hallazgo, el silencio de todos los equipos, el balbuceo de algunos árbitros exclamando ¡nosotros no nos vendemos! y el bochornoso comportamiento de los periódicos “culés” -¿el silencio informa? ¡ya lo creo!-intentan que traguemos con la explicación más idiota: “pagábamos porque si no el sistema sería injusto”…..¿y eso es todo?....

El delito de corrupción en el deporte castiga estos hechos con penas que pueden llegar hasta los 6 años de prisión para los autores, ya sean directivos o árbitros y permite también sancionar a la propia entidad deportiva (Futbol Club Barcelona) con la suspensión de actividades por hasta 5 años -incluso cautelarmente- o la prohibición definitiva de realizar la misma actividad o la intervención judicial de la entidad…… ¡Y todavía dice el máximo dirigente de la Liga que no cabe sanción deportiva! ¡Alucino!

Como aficionado al fútbol me contentaría con una sanción ejemplar para los autores de este 'arbitricidio' perpetrado a medias por los dirigentes del Barça y por ese tal Negreira, personaje que se dibuja como un taimado y silencioso rufián. Ahora bien, no quiero de ninguna manera que se nos impida a los madridistas seguir disfrutando de las victorias sobre el Barça y seguir padeciendo sus humillaciones deportivas, no sólo para mi propia satisfacción sino también para la de mi hermano del alma, culé de afición y amigo siempre: Rafael, un brujo penalista que comparte conmigo casi todo, menos la bufanda deportiva.