Periferia

Albacete

Hace ya algún tiempo que Miguel Cano ostenta el título honorifico de El Último Clásico, no homologado oficialmente, sólo para los no creyentes de pompas y circunstancias. Lo acaba de demostrar en la multitudinaria presentación de su nueva obra el pasado 23F(Jo, que mal suena esto...). Estará hasta el 5 de abril en el Centro Cultural de la Asunción, sede por poco tiempo ya del Instituto de Estudios Albacetenses y antigua Iglesia de la Maternidad edificada en el siglo XV. Y es que si hablamos de Miguel Cano hablamos de pintura artística, en la expresión máxima de la recreación, de la imagen plasmada en pequeños o grandes lienzos o en una servilleta del bar Manolo... Siete años después aún se comenta entre sus fieles la formidable exhibición de su otro gran monográfico sobre la Calle Ancha de Albacete en el Museo Municipal. Fue su última muestra a gran escala si no queremos incluir la delicatessen sobre el campo santo de La Pulgosa en la Librería Popular en 2018.

Aparte del poso monográfico sobre la contemplación de lejanías y horizontes, la periferia de una ciudad, Albacete, su actual demostración conlleva algunas peculiaridades singulares,como es convertir este profundo trabajo en un acuerdo de proyecto entre dos personajes talentosos amantes del arte y de la literatura en un magnifico dialogo absolutamente creativo. Una charla informal entre el periodista y escritor Andrés Gómez Flores (Cadena SER, El País, Antena 3, etc y una extensa colección de libros escrita) y el propio pintor plasmado en un acuerdo que acabaría en una original y acreditada aventura: Durante varias etapas andantes el artista accedió gracias a la común amistad que les une a que el escritor le acompañara en el completo recorrido por las afueras de la ciudad. Una voltereta circular en torno a la villa de sus amores (huelga decir el origen de ambos). El resultado ha sido fulminante: un pequeño libro de apuntes sobre el terreno, esas caminatas... titulado Los Distritos Periféricos que acompaña el formidable trabajo del pintor igualmente inspirado en sus propios trazos dibujados sobre el lugar de los hechos.

Albacete-ciudad queda pues encerrada en un círculo exterior que abarca desde pasillos inmensos regados por el abandono y el rociado hierbajo, atardeceres de ensueño con el ciprés de testigo, el tímido violeta de lejanías casi invisible o dos visiones de un mismo puente con la caída de la noche sin avisar y la del día sin confirmar. Abunda Gómez Flores en su libro: Huertas, terrenos cercados, naves, corrales de ganado, y ropa tendida a secar se balancea con el viento del descampado... todo ello reflejado en los lienzos. Bárbaro. Impresionante Miguel Cano.

Así, la Asunción abraza entre salón principal, terraza y columnas la obra de un artista sobrecogedor en estado de gracia.

Lo propongo sin tapujos: No se pierdan este regalo a la vista hasta el mes de abril. Es la ciudad de Albacete cuando dice adiós...