Tablas de Daimiel

Toledo

El humedal de Las Tablas de Daimiel formaba parte de las extensas llanuras inundadas que abundaban en los ríos Cigüela, Azuer y Guadiana. Es un ecosistema único e irrepetible que tiene las mayores protecciones legales posibles a nivel nacional e internacional.

Este Parque Nacional vuelve a estar sin agua desde hace varios años. Es otra sequía prolongada de las que sufre el humedal cíclicamente cada 10 años en las últimas cuatro décadas. El acuífero de la Llanura Manchega Occidental está sobreexplotado y nada apunta a que su situación vaya a mejorar, más si atendemos a lo acontecido después del último periodo de precipitaciones extraordinarias (2010‐2014), en que la recuperación súbita de la masa de agua subterránea sólo resaltó la inutilidad de la gestión del agua en la región cuando la meteorología ha vuelto a la normalidad. Los bombeos de agua del acuífero para la agricultura de regadío siguen siendo desmesurados y sólo la improbable lotería del clima podrá cambiar la tendencia insostenible del agua en La Mancha.

A pesar de todo, Las Tablas de Daimiel siguen vivas, esperando a que llegue el agua y renazcan sus procesos ambientales, porque sigue siendo un ecosistema con una gran riqueza ecológica. Las Tablas es refugio de más de 2.000 especies, muchas de ellas endémicas de La Mancha.

La situación actual de este humedal es insostenible y se ha de tomar una decisión política sobre su devenir a corto, medio y largo plazo. El suministro de agua sigue siendo el aspecto limitante de la persistencia del ecosistema y no hay atisbos de que el acuífero recupere sus niveles de sostenibilidad a largo plazo. Si se quiere actuar en defensa de Las Tablas es necesario asegurar un caudal regular de 17 hm3 de agua al año que asegure sus necesidades ecológicas. Ese volumen debe ser completado cuando sea necesario a través del trasvase Tajo‐Segura, tal como está establecido legalmente, mientras se buscan alternativas para el ecosistema como para los regadíos basadas en el aprovechamiento de otras fuentes potenciales como el reciclado y la reutilización de las aguas residuales, la captación de agua de lluvia a gran escala o la cosecha del vapor de agua.

El estado actual del humedal no es causa, sino efecto, de las decisiones poco acertadas de los políticos y de la sociedad que les da la espalda. La ciencia ha demostrado que la restauración de los ecosistemas es la única solución para conservar la biodiversidad y estabilizar el clima de la Tierra, claves para resolver la crisis climática y ambiental que estamos viviendo.