Memoria

Albacete

Desde hace un año, en la Avenida de la Estación, 25 stolpersteine nos invitan a recordar los nombres de 25 vecinos de Albacete que fueron víctimas del nazismo entre 1933 y 1945.

Estos 25 adoquines dorados, son literalmente piedras que quieren hacernos tropezar con su memoria, fijarnos en sus nombres, para honrar la memoria de estas víctimas del holocausto que perdieron su vida luchando por la libertad.

El pasado viernes 31 de marzo, y después de 7 años de reivindicación, la Asociación Fosa de Alcaraz ha logrado una nueva conquista del espacio público como espacio de memoria, al lograr la instalación de un monumento a las víctimas del franquismo y sus familias, junto a la Posada del Rosario.

Este monumento, como dice la asociación, “no solo es un acto de recuperación de la memoria de los que defendieron la libertad, también hace grande a nuestra ciudad y a la democracia al dignificar y sacar sus nombres de la oscuridad de más de 80 años. Y es un homenaje a las personas que se exiliaron, a las madres y a las abuelas que solas sacaron adelante a la familia sin transmitir odio ni rencor”.

Albacete es así, la segunda ciudad de Castilla-La Mancha que tiene dentro de la ciudad un monumento a las víctimas del franquismo.

Un día antes de instalarse, quiso el destino o el azar, que se inaugurase frente a la Filmoteca municipal, una escultura que homenajea a nuestro gran cineasta José Luis Cuerda. Si observan ambos monumentos, verán que los ojos de Cuerda no miran al amanecer, sino en dirección al monumento a las víctimas del franquismo.

Que el espacio público sea un lugar de memoria es algo muy importante. Especialmente si se trata de memoria histórica y de memoria democrática.