Sobriedad y solemnidad en las procesiones de Viernes Santo en Castilla-La Mancha
Miles de devotos, curiosos y turistas disfrutaron en las calles del silencio que caracteriza a las estaciones de penitencia de uno de los días clave de una Semana Santa que deja estampas únicas en las cinco capitales de provincia y en localidades como Tobarra, Hellín o Sigüenza
Toledo
Castilla-La Mancha encara ya el final de la Semana Santa con con calles repletas de nazarenos, devotos y turistas. Anoche turno para las procesiones más sobrias y solemnes, las de Viernes Santo, con momentos de mucha emotividad y devoción en ciudades como Cuenca, Toledo, Ciudad Real o Albacete. Cornetas, tambores y bandas de música, los toques para levantar los pasos y el ruido de las horquillas al golpear el suelo conformaron el mapa sonoro de las procesiones de Viernes Santo en la región, en una Semana Santa como las de antes de la pandemia.
En Toledo, donde esta tradición está declarada de Interés Turístico Internacional, ayer fue turno para la procesión del Santo Entierro con ocho pasos haciendo su estación de penitencia por las siempre sobrecogedoras calles de su casco histórico y, ya de madrugada, para la procesión del Cristo de la Buena Muerte y su Vía Crucis, la más sobria de la Semana Santa toledana, con sus cofrades portando candiles y hábitos franciscanos en un sepulcral silencio roto sólo por el redoble de un único tambor con salida y llegada en el Monasterio de San Juan de los Reyes.
En Cuenca, las Turbas, que la madrugada del viernes volvían a reunir a miles de personas, daban paso a mediodía a la procesión del Calvario, con sus pasos voluminosos y de gran calidad artística, y ya por la tarde a la del Santo Entierro, con momentos de solemnidad como el canto del Coro Alonso Lobo a la Cruz Desnuda. En Ciudad Real, el Viernes Santo veía desfilar por sus calles a las hermandades de la Virgen de la Misericordia, Nuestra Padre Jesús Nazareno, el Cristo del Perdón y de las Aguas o el Cristo de la Piedad, entre otras, un paso de estilo barroco portado por 34 costaleros.
Otra cita multitudinaria de este Viernes Santo fueron las Caras en Calzada de Calatrava, una tradición de origen pagano enmarcada en la Ruta de la Pasión Calatrava, que aspira a ser declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional y cuya candidatura se comprometió a apoyar José Manuel Caballero, presidente de la Diputación de Ciudad Real. En Hellín, la procesión del Calvario ponía fin a su tamborada. No así en Tobarra, donde los redobles de los tambores seguirán sonando hasta el Domingo de Resurrección tras un pequeño receso durante la Bendición de Viernes Santo.
En Albacete la procesión del Santo Vía Crucis y la procesión del Entierro de este viernes sacó a sus calles a 13 pasos, entre ellos el Santísimo Cristo de la Esperanza o la Esperanza Macarena. Este sábado todavía serán varias las hermandades y cofradías que visitarán varias residencias y entidades benéficas, además del cementerio municipal. En Guadalajara, la procesión del Silencio reunió en sus calles a cuatro cofradías y nueve pasos. Misma sobriedad en la procesión homónima celebrada en la majestuosa Sigüenza con las tallas procesionando desde su bella catedral.
José C. Rejas
Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense...