Sin agua no hay paraíso
En las ciudades tenemos que cambiar nuestro modelo de urbanismo, tenemos que apostar por más zonas verdes, más árboles en las calles
Sin agua no hay paraíso - La mirada de Toledo (20/04/23)
Toledo
El cielo está tan azul que da miedo. Estamos en ese mes en el que el refrán decía: “En abril aguas mil” y ahora vamos a tener que decir: “En abril no llenamos ni un barril” o algo por el estilo. En muchos puntos de la región no ha caído ni una gota en los últimos tres meses y lo único que se nos ocurre hacer es sacar a San Isidro a pasear. Voy a ser muy tajante: me parece patético. Vamos a dejar a los santos en sus ermitas y en sus iglesias y vamos a ponernos un poquito las pilas con medidas que realmente nos ayuden a sobrellevar no esta situación que tenemos ahora sino la que vamos a tener durante muchos años.
Sí existe el cambio climático, sí va a ir subiendo progresivamente la temperatura, sí , eso traerá sequías más prolongadas y sí ,los fenómenos meteorológicos serán más agresivos: lloverá, pero lo hará peor con más inundaciones y más destrozos. Una vez que asumamos esas evidencias podremos actuar de forma particular y colectiva para sobrellevar los efectos de estos cambios.
En las ciudades tenemos que cambiar nuestro modelo de urbanismo, tenemos que apostar por más zonas verdes, más árboles en las calles; tenemos que apostar por preservar terrenos que mantenga la humedad, por reducir el cemento, por ayudar al planeta a producir agua, que no hacemos más que ponerle obstáculos.
Tendremos que replantearnos nuestros consumos: ¿Cuántas piscinas particulares y municipales tenemos, por ejemplo, solo en la ciudad de Toledo? ¿Cuántas se llenan todos los años y se vacían todos los años y se vuelven a llenar? Habrá que replantearse cómo tenemos que realizar los riesgos, que capacidad tenemos para asumir los cultivos de regadío, como se puede hacer un aprovechamiento óptimo del agua que tenemos para gastar.
Habrá que replantearse como utilizan y gastan grandes empresas, que muchas veces tienen un consumo desmesurado de un elemento crucial para nuestra vida.
Vamos a plantearnos que algunos megaproyectos, como el llamado Alovera Beach, son un auténtico despropósito.
Vamos a dejarnos de rezos y los santos y vamos a ponernos en marcha porque sin agua no hay vida, sin agua no hay nada. Señores sin agua no hay paraíso y nos vamos a ver todos en el infierno. Es una opinión de una Toledana de Toda la Vida.