Sobre un huevo pone la gallina

Toledo

Esto dice Cervantes en el Quijote: “sobre un huevo pone la gallina”, aludiendo a que en los gallineros se dejaba un huevo falso de yeso para enseñar a las gallinas jóvenes el lugar donde debían poner el huevo. La frase en realidad lo que sugiere es que cualquier tarea se realiza mejor bajo los efectos de un buen estímulo.

En España tenemos 27 razas de gallinas diferentes que han sido seleccionadas artificialmente en las distintas regiones. Así las razas más representativas en Castilla La Mancha son la Gallina pintarazada oriunda de Toledo y la Gallina Castellana Negra oriunda de las provincias de Ciudad Real y Zamora. Estas razas están en peligro de extinción porque a principios del siglo XX se introdujeron en España razas más eficientes que llegan a poner más de 300 huevos al año. En contraste, la Castellana Negra pone entre 180 y 200 huevos. Esto hace que sea raro ver en nuestros pueblos gallinas “autóctonas”.

Acabamos de terminar la Pascua y todos hemos visto que es normal regalarse con postres que llevan un huevo. Los huevos de Pascua, que por cierto quiere decir “vida nueva”, son una tradición que se remonta a la antigua Roma y Persia que fue posteriormente adoptada por los cristianos. Los huevos se consideraban símbolos de la fertilidad y la renovación de la vida. Como sabéis, estamos en el mes en que la mayoría de las aves están realizando las puestas de sus huevos en el campo. Realmente es una renovación de la vida, pues de todos los polluelos nacidos en el campo solo un 10% será reclutado el año siguiente como reproductor ya que la mayoría morirán al ser depredados. En el caso de los adultos, la probabilidad de supervivencia de un año al siguiente es del 50%. Esto hace que, para mantener los tamaños poblacionales estables, las aves deben intentar sacar el mayor número de polluelos en cada primavera.

Volviendo a las gallinas, ¿cómo es posible que pongan tantos huevos al año? La respuesta es sencilla: “porque las aves saben contar”. Las gallinas, como todas las aves, desencadenan el comportamiento de puesta bajo un gran cambio fisiológico por el aumento de las horas de luz (fotoperiodo), un aumento de la temperatura y un aumento en la disponibilidad de alimento. Este cambio fisiológico hace que comiencen a desarrollar un huevo al día en las fechas adecuadas para ajustar la presencia de polluelos a la máxima disponibilidad de alimento en el medio.

Si les dejamos el huevo diario, veremos que al poner unos 10 o 12 huevos, comenzarán a incubar porque el contacto de estos huevos con su vientre desencadena el comportamiento incubador. Por esto digo, que saben contar. Si se les retira el huevo diario, veremos que seguirán poniendo hasta llegar a poner más de 200 huevos al año (uno cada día). Por cierto, aclarar que los huevos que compramos no están fecundados porque las gallinas ponedoras no han estado en “contacto” con gallo alguno.