'Dejar de sufrir o dejar de vivir. La dualidad del suicidio'

Toledo

“Dejar de sufrir o dejar de vivir. La dualidad del suicidio”, escrito por el psicólogo Enrique Galindo Bonilla y el enfermero y psicólogo de emergencias Francisco José Celada Cajal, aborda el tema del suicidio desde una perspectiva integral. Tras ser publicado en marzo y presentado en la FNAC de Callao, en Madrid, llega ahora a Castilla-La Mancha, la tierra de los autores. Se ha presentado este martes en la Biblioteca de Castilla-La Mancha, en su edificio del Alcázar de Toledo.

La obra se presenta como una herramienta imprescindible para comprender y prevenir una conducta que es considerada como un problema de salud pública y de la sociedad en su conjunto. La Organización mundial de la salud y los planes de todas las comunidades autónomas hablan de cómo afrontar una noticia para por ejemplo ser publicada en medios de comunicación. Como recuerdan sus autores, no se puede pasar del silencio absoluto al sensacionalismo: "no se puede justificar, poner fotografías y sin embargo no aportar soluciones o recursos".

Este libro nace al trabajar en el grupo de prevención de conducta suicida del SESCAM. Los autores forman parte del equipo de gestión del conocimiento. Ellos también han formado parte del equipo que ha escrito el manual de conductas suicidas de Castilla-La Mancha. A través de la experiencia de los dos autores se ha volcado en un libro que pretende ayudar a la sociedad. Se ha hecho en muy poco tiempo, en apenas cinco meses. Ha sido un reto para que pudiera salir en marzo. Paco Celada está "convencido de que hay que aportar y de la necesidad de hacer algo para mejorar".

El acoso siempre ha existido pero es ahora cuando se visualiza más. Antes el acoso se circunscribía a las horas de colegio...ahora con las redes sociales, dura todo el día. Consideran los autores que se tiene que volcar toda la sociedad y los colegios tienen que implementar planes de crecimiento emocional desde edades tempranas.

Enrique Galindo recuerda que "no se vacuna a los jóvenes contra la frustración y cuando se enfrentan a un conflicto...no lo saben gestionar". Creen que cualquier problema va a durar toda la vida y no es así. Nos falta enseñar la temporalidad de las malas situaciones.

Se grita la ayuda y no darnos cuenta que alguien lo necesita exige una formación y primeramente al personal sanitario y a los educadores, que son los que más cerca están del problema y puedan detectar estas situaciones.

Tenemos que aprender a gestionar las emociones. Problema muy complejo y en cuanto al suicidio tenemos que tener en cuenta que siempre van a ser múltiples causas las que hay que abordar y en ningún caso hay que simplificar. Es un problema de salud pública pero sobre todo social.