Inteligencia artificial en medicina
La firma de opinión del neurólogo, jefe del Servicio de Neurología del Hospital General de Albacete y profesor de la Facultad de Medicina, Tomás Segura
Inteligencia artificial y medicina
Albacete
Hace pocas fechas me preguntaban en un telediario nacional sobre la importancia que yo concedía al papel de la Inteligencia Artificial en Medicina. Respondí que creía que tendría una gran relevancia en el futuro de nuestra profesión, aunque en realidad a lo que yo hacía referencia aquel día era a su capacidad para obtener datos agregados sobre enfermedades infrecuentes, y de esta manera facilitar un mejor conocimiento global de patologías que para un solo médico o para un solo centro ni siquiera una larga vida profesional es suficiente para alcanzar el nivel de experto.
Pero les comentaré ahora mi opinión sobre el valor de esta nueva tecnología, la Inteligencia Artificial, y más en concreto los llamados “chatbots”, es decir, los programas informáticos que basados en la inteligencia artificial son capaces de mantener una conversación sobre un tema específico, como por ejemplo el ya famoso “chatGPT”.
Un trabajo reciente ha comparado en un consultorio telemático de Salud las respuestas ofrecidas por escrito entre médicos e IA a más de 200 cuestiones. Al parecer el 80 % de las respuestas ofrecidas por ChatGPT a los pacientes eran más matizadas, precisas y detalladas que las de los médicos. Además, ChatGPT resultaba mucho más empático en sus textos que los humanos que escribían sus respuestas al ordenador. Más simpático y educado, vaya.
En paralelo, otro trabajo también muy reciente, encontró que ante casos concretos atendidos en urgencias la Inteligencia Artificial presentaba errores diagnósticos con más frecuencia, y la mayor parte de estos errores partían de que el paciente no proporcionaba de manera correcta la información médica, desorientando por tanto al modelo robótico.
Estos dos trabajos me sirven de excelente preámbulo para explicar mi punto de vista sobre las ventajas e inconvenientes de la Inteligencia Artificial en Medicina
Es evidente que esta herramienta será magnífica, como decía al principio, para obtener datos agregados de enfermedades raras, y también sin duda para obtener conclusiones objetivas sobre enfermedades que dependen de muchas circunstancias a la vez: por ejemplo el infarto cerebral, en el que el riesgo de recurrencia no solo depende de los hábitos de vida del paciente, de su nivel de tensión arterial, colesterol, o glucemia, sino también de su perfil genético específico, con determinadas mutaciones -y cada año hay más descritas-, que lo harán más o menos propenso a un tipo de ictus u otro, y sensible más o menos a un tipo de medicación u otra.
También la Inteligencia Artificial será una herramienta magnífica para seleccionar pacientes que después tienen que ser vistos por un médico. En realidad, esto es lo que hacía el primer estudio mencionado, en el que ChatGPT resultó más empático y más preciso en sus respuestas que las que al otro lado de la pantalla daba un ser humano, muy probablemente sólo porque le era más fácil escribir mucha cantidad de información en menos tiempo. En ese sentido, muy pronto seremos capaces de explotar la inteligencia artificial en su capacidad para seleccionar aquellos pacientes que por lo que están contando podrían tener un cuadro grave, y ser estos los primeros en ser atendidos por un médico en consulta. Porque está claro que en lo que no podrá la IA sustituir al médico por el momento es en la obtención de datos que permite una exploración clínica, ni tampoco, y esto es muy importante, en la interpretación que del tono de voz o la gestualidad del paciente hace el clínico avezado. Además, por muy empático que resulte en un texto un chatbot, nunca podrá igualar la empatía que se produce cada día en nuestras consultas con el gesto cariñoso del médico hacia el paciente, la modulación de su voz adaptada a cada diferente situación, la búsqueda de recuerdos comunes, la utilización de un lenguaje cercano, adecuado a cada paciente diferente porque cada uno de ellos proviene de un distinto estrato social, cultural o de edad. Algo que no puede hacer ningún chatbot.
Por todo ello en mi opinión la IA tendrá un papel importantísimo en la Medicina que viene, pero será difícil que algún día logre sustituir al pediatra, el neurólogo o el internista en aquello que sólo el cerebro humano, con sus miles de millones de neuronas y sus billones de sinapsis es hoy por hoy capaz de hacer: conjugar conocimientos objetivos y experiencia emocional. No en vano estamos hablando del órgano mas acabado de la evolución aquí en la Tierra, una experiencia de 4.000 millones de años que Silicon Valley tendrá muy difícil superar algún día.
Buen fin de semana.