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Jerónimo Parada: 50 años promoviendo la cultura franco-española

Ha conseguido llevar hasta Pau (Francia), las obras de Goya, Picasso y Cervantes

Jerónimo Parada: 50 años promoviendo la cultura franco-española

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Ciudad Real

En una época en la que estrechar lazos con otros puntos de la geografía, o incluso dentro del propio país, parece complicado, encontrar historias que hacen reencontrarte con el mundo en el que vivimos parece un cuento de niños. Mi abuelo siempre me decía que, “lo mejor que puedes hacer es escuchar a las personas mayores, por sus historias, y, sobre todo, por sus experiencias”.

A sus 85 años ha dedicado gran parte de su vida a llevar la cultura de su país de nacimiento (España) al de adopción (Francia). Nuestro camino empieza en la localidad ciudadrealeña de Porzuna, aquí nació Jerónimo Parada el 14 de mayo de 1938. A los diez años tuvo que exiliarse a la localidad francesa de Pau, capital del departamento de los Pirineos Atlánticos junto a su madre. “La última vez que mi padre vino al pueblo, fue dos meses antes de que yo naciera”. El reencuentro en la estación de Cette-Eygun donde les esperaba su padre tuvo que ser muy emotivo. “Recuerdo que fue una emoción tremenda. Me cogió mi padre en brazos gritando mi hijo querido. Era la primera vez que me veía”.

Con un vaso de agua en la mesa, el móvil en altavoz y su mujer de fondo, Jerónimo procedió a contarme su vida. Sin prisa, teníamos toda la tarde. El día que conocí a Jeróme, así es como le llaman los franceses, estaba nerviosa porque no sabía ante qué persona me iba a encontrar. Con un perfecto español al otro lado del teléfono, procedí a escuchar. Era una clase de vida de las que no enseñan en la universidad. Me sorprendió su memoria. Me decía “te estoy contando mi vida sin un papel delante”. Y no lo necesitaba, porque recordaba todos y cada uno de los detalles.

Años más tarde de que terminase la guerra, las agrupaciones francesas de Pau, Burdeos, Toulouse y Perpiñán, decidieron hacer una petición en el congreso para cambiarse la denominación “en el exilio”. En el otro lado estaban París, Lyon, Lille y el norte de Francia. “Me tocó a mí presentar la moción. Estuve media hora defendiéndolo con un temblor de miedo”, me dijo Jerónimo. En ese momento le pregunté por qué. Y ahí, rompió a llorar.

Durante estas décadas, no ha parado y siempre ha estado dispuesto a ayudar a conectar los dos países. Jerónimo empezó muy joven a preocuparse por la tercera edad y lo hacía por una razón, “mis padres que no pudieron gozar de las ventajas que tenían entonces”. Qué mejor manera de hacerlo con viajes que permitieran conocer ambos territorios. Se encargó de organizar los viajes del IMSERSO a la región de Tarbes y Pau. Coordinándose con autocares y con el aeropuerto de Toulouse.

En Pau ha estado realizando conciertos y actividades culturales. Fruto de su buena relación con amigos de Zaragoza, permitió hermanar las dos localidades y facilitar la llegada de obras de Goya al municipio francés. El 150 aniversario del artista permitió que centenares de estudiantes del país vecino conocieran su figura y realizasen trabajos sobre su obra. "Todas las universidades venían al Museo a ver estas exposiciones, fue el inicio de mi escenario cultural. Yo ahora mismo me pregunto cómo he podido llegar a hacer tanto", explicaba Jerónimo.

La condecoración tuvo en rue Marcel Barthe de Pau

La condecoración tuvo en rue Marcel Barthe de Pau / PYRENEES

La condecoración tuvo en rue Marcel Barthe de Pau

La condecoración tuvo en rue Marcel Barthe de Pau / PYRENEES

Después de Goya, llegó Picasso. Todo comenzó con unas vacaciones en Málaga. Durante los veranos Jerónimo aprovechaba para volver a España y visitar diferentes localidades. Entre ellas, el municipio andaluz. “Estar en Málaga no ir a la Casa Fundación Picasso es un crimen”. Tras contemplar toda la obra, consiguió reunirse en poco tiempo con el encargado de la Fundación. “Empecé despacito, con un poco de reparo porque, cuando te encuentras con un responsable así, te agobias un poco”, ese respeto ante el director no fue impedimento para él, “me fui creciendo y conseguí que una exposición llegara a Pau”. Dicha exposición viajó por Nueva York y Roma, para, finalmente, hacerlo también en Pau.

Los vecinos del municipio francés estaban sorprendidos, preguntaban si eran copias o fotos, y como bien nos ha contado Jerónimo, "no, no, de copias nada. Era la real, la auténtica". Llegaron cuatro exposiciones más de Pablo Picasso, entre ellas, sus cerámicas. Volvió a Málaga y tras reunirse con el propietario de una colección de Salvador Dalí, logró convencerle para que Pau siguiera descubriendo la obra española. “Tenía tanta convicción que les dije que podía ir con un furgón a recoger la obra”.

En 2005, se celebró el 400 aniversario de la primera edición de El Quijote. Siguió realizando contactos y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha le facilitó tres exposiciones y seguir promoviendo la cultura manchega. Reconoce que se volcó con ello y los profesores de español estaban encantados. Para Jerónimo "fue el tope total de todo lo que he hecho culturalmente. A parte de Picasso y todo lo que quieras, lo de El Quijote se me queda grabado. Personalmente me sentí muy cerca". Además, recibió por parte del organismo regional material escolar y vendieron casi mil libros de la edición especial que se editó para esta efeméride.

En febrero de este año, el cónsul francés le invitó a cenar para darle una buena noticia. “Jerónimo esta noche te invito a cenar” le dijo el representante del organismo francés. Iba a ser condecorado con la Cruz de la Orden de Isabel la Católica, distinción que realiza el Gobierno de España. “Fue una auténtica sorpresa cuando me lo comentó”. Dos meses después, el 15 de abril, tuvo lugar la ceremonia. Jerónimo Parada estuvo acompañado de sus familiares, amigos y personalidades. “Fue un día muy especial. Pero, lo que no me esperaba, fue lo que pasó en mi pueblo, mi querido pueblo”.

El alcalde de Porzuna, el municipio que le vio nacer, decidió llamarle para nombrarle pregonero de las fiestas de la localidad. “¡Dónde voy yo siendo pregonero!” señaló de forma sorprendente. Allí estuvo realizándolo, sin apuntes y contando lo que significa Porzuna para él. El alcalde le pidió que se preparase un pequeño discurso ante lo que Jerónimo le respondió: “Yo no preparo nada. Todo en el acto lo hago en vivo”

Después de tantos años dedicándolos a promover la cultura franco-española, decidió sincerarse y comentar que hace unos años quiso abandonar y dejar tanta actividad. “Me quise cortar la coleta hace unos años. Llegas a una edad a la que ya te cansas después de haber hecho tanto. Digo, aquí me corto la coleta y termino. Pero con esto de la condecoración, todavía no he terminado”. Porzuna ha querido rendirle homenaje por toda la labor realizada y por ser un vecino ejemplar. “El auditorio de allí de Porzuna, lleno de gente. Abarrotado, emocionado y de una manera fantástica. Fue increíble. Mi pueblo, mi querido pueblo.”

La historia de Jerónimo no termina aquí. Una vez terminamos de hablar me preguntó cuándo lo íbamos a emitir. “Mañana Jerónimo, mañana contamos tu historia a toda la provincia de Ciudad Real” le dije ilusionada. Aunque creo que su ilusión era superior a la mía. Me comunicó que iba a llamar a sus amigos de Porzuna, de Campo de Criptana y de la propia capital para que tuvieran sintonizada la radio a las doce y veinte de la mañana. Le pregunté si tenía acceso a internet para que él también pudiera escucharlo en directo, pero me respondió negativamente. Me dijo que no me preocupase, que ya lo escucharía él a través de “internet y esas cosas modernas”.

Decidí mandarle el artículo y el audio por internet a un correo que habíamos deletreado con las iniciales de ciudades españolas con la esperanza de que pudiera reproducirlo y escucharlo. Los días venideros, lo único que quería era que, el propio Jerónimo, escuchase su historia. Una semana después, el 8 de agosto, me llamó emocionado. “Ya lo he escuchado. Este fin de semana, me he ido al campo junto a mi mujer y mi hija, y hemos estado sentados alrededor de un casete escuchando el reportaje”. Le pregunté si le había gustado con ese miedo de encontrarme una respuesta negativa. “Es uno de los mejores regalos que me han hecho en mucho tiempo. Muchas gracias por todo, Laura”. En ese momento, no sabía cómo reaccionar. Me alegré y le di las gracias, porque al final, él ha sido quien se había abierto para contarme su historia. Aunque yo, una vez colgué la llamada, me puse a llorar. Me recordó tanto a mi abuelo, que no pude evitarlo. 85 años de historias, trabajos y una memoria envidiable que seguimos disfrutando hoy en día.

Puedes volver a escuchar su historia a continuación:

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Laura Pérez Jiménez

Laura Pérez Jiménez

Delegada de SER Alcázar. Graduada en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Redactora en...

 
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