El estado de la Administración de Justicia
La firma de Albino Escribano, decano del Colegio de la Abogacía de Albacete
Firma de opinión | El estado de la Administración de Justicia
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Albacete
Me van a permitir que les hable, brevemente, sobre el gravísimo estado en que se encuentra la Administración de Justicia en nuestro país.
Habrán oído a los políticos acerca de la falta de acuerdo sobre el nombramiento de las personas que deben integrar el Consejo General del Poder Judicial. Quizá también hayan oído la limitación que los propios políticos han impuesto a este Consejo para la elección de altos cargos dentro de determinados órganos judiciales, provocando prácticamente su paralización y la situación de prórroga de muchos de los nombramientos en esos órganos.
Todos conocen seguramente la grave carencia de medios materiales y humanos de la Administración de Justicia merced a la poca atención de los sucesivos gobiernos en esa Administración esencial para el funcionamiento de la vida diaria de los ciudadanos
Este año hemos pasado prácticamente seis meses de paralización en esa Administración como consecuencia de las sucesivas huelgas de los Letrados de la Administración de Justicia, antes llamados Secretarios Judiciales, y de los funcionarios de la Administración de Justicia reclamando mejores retribuciones a lo que se unen también los Jueces y Fiscales.
Los profesionales de la abogacía y la procura que prestan el servicio de justicia gratuita perciben ínfimas remuneraciones en relación con el trabajo desarrollado para satisfacer el derecho de acceso a la justicia que tiene los ciudadanos que carezcan de recursos para litigar. Ni siquiera el reconocimiento se les presta por la Administración de Justicia
En toda esta situación resulta que si ustedes tienen un problema por el cual deben acudir a la Administración de Justicia verán que su pretensión tarda meses, cuando no años, en obtener una satisfacción
Todas las personas interesadas en el funcionamiento de la Administración de Justicia vienen reclamando un Pacto de Estado que permita superar esta situación. La cuestión es si serán capaces quienes nos gobiernan de siquiera hablar para solucionar, mínimamente, esta situación.
