Mi primera firma

Albacete

Es mi primera vez. Como mi primera colonia, Chispas, o mi primera canción. No, de verdad, esto es mucho más ilusionante y motivador. Colaborar con Radio Albacete y la Cadena Ser representa un honor. Hablo con absoluta sinceridad, muy honrada y agradecida de poder ocupar este espacio donde, entiendo, se valora mi punto de vista, sea el que sea y sea sobre lo que sea, con absoluta libertad.

La libertad de opinión forma parte del derecho a la libertad de expresión que recoge la Constitución en el artículo 20. Por eso, valoro esta oportunidad. Por eso y porque me sirve también para compartir, aunque sea durante un par de minutos cada dos semanas, un rincón con periodistas que son garantes de otro punto de ese artículo 20: la libertad de información veraz a la que tiene derecho la ciudadanía y que es pilar imprescindible de la Democracia.

Admiro a estas compañeras y compañeros con los que comparto profesión. Yo, desde un medio público en el que creo firmemente, ellos, desde la Cadena Ser, testigo y transmisora de los acontecimientos que vive el mundo. En concreto, los y las periodistas de Radio Albacete son difusores de lo que nos acontece en la cercanía, de tanto o más valor que los hitos universales. Porque nuestro universo es éste y gracias a periodistas de provincias también podemos estar bien informados de lo que en él sucede.

Es un honor estar aquí con ellos, como también me honra sustituir en este espacio a la mujer que me precedió, Rosa Villada, un referente para la profesión en esta ciudad, y para mí en particular. Su figura me inspira y me anima en mi trabajo diario. Seguramente no estaré a la altura de la que es la primera mujer nombrada cronista oficial de la ciudad, pero, cada vez que ustedes me oigan aquí, sepan que estaré pensando en ella.

Quería iniciar mi participación de esta manera, agradeciendo la oportunidad y reconociendo la labor de los míos, de periodistas a quienes represento en una Asociación que nos agrupa y en la que trabajamos bajo un lema: sin periodistas no hay periodismo, que puede parecer de Perogrullo a simple vista, pero que la realidad nos demuestra que cada vez las redacciones están más mermadas y que a cualquier cosa, dicho con todo respeto, entiéndaseme, se le llama periodista. Pues no.

Por eso vuelvo a repetir: sin periodistas no hay Periodismo y… sin Periodismo… no hay Democracia.