'Guerras, muertes, cambio climático, odios... Por dónde pillamos todo esto'

Albacete

Varias guerras continúan en el mundo y no de forma silenciosa, simplemente hemos dejado de prestarles atención. La situación de las mujeres, niños y niñas en medio de estos conflictos es alarmante y sanguinaria. Se avecina una guerra que perpetuará aún más dolor, una guerra donde ya existía una tensión y un abuso manifiesto, hospitales sin agua, sin servicios, sin electricidad, bombardeos nocturnos a escuelas y hogares. Del odio más odio y así se van construyendo terroristas que no tienen nada que perder, porque en el fondo ya lo han perdido todo.

Siempre digo que esto no va de unos y de otros, de bandos, esto va de todos. Del discurso del odio, del miedo al otro, de la falta de diálogo, de vivir anestesiados y de la ambición humana.

Me declaro incapaz de mirar a otro lado, me declaro incapaz de elegir bandos porque eso no sirve para absolutamente nada. Al final la sensación es que ya no sabes qué sentir, qué pensar, qué decir, qué opinar, qué llorar… La destrucción del mundo es un hecho y lo peor es que está en nuestras manos, en las de nuestros dirigentes y clase política pero también en manos de las instituciones, agentes sociales, tejido productivo, organizaciones y comunidad internacional, aunque me arriesgaría a decir que sobre todo en nuestras manos, en hacia donde miramos.

En mis manos, en las tuyas y en las de todos: Detener el cambio climático, buscar espacios de diálogo, evitar la crispación, solidaridad más que caridad, compromiso con aquellos que viven al margen del confort de los que otros sí podemos beneficiarnos. Pues eso, un poquito de empatía y humanidad cambiaría esta terrible destrucción hacia la que nos dirigimos cada vez a más velocidad.

Me niego a creer que no hay nada que podamos hacer, es verdad que la vida continua para todos y la de cada uno a su manera desde su propia lucha, no se trata de paralizarnos y olvidarnos de nosotras mismas por la vidas que se pierden en otro lugar del mundo, pero si se trata de lo que podemos hacer desde aquí, desde nuestro propio entorno, para en alguna medida mitigar ese dolor o reestructurar nuestro modelo de consumo porque todo terminará por afectarnos. Nos espera un mundo sin agua: No olvidemos que TODOS SOMOS TODO.

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Cuidado con entender el mundo desde los posicionamientos que se nos venden como reglas de vida, cuestiona todo, cuestiona esto mismo que lees y escuchas ahora mismo, investiguemos. A veces creo que nuestras propias emociones y sentimientos nos dirigirían solas al lugar indicado, ese en el que la humanidad puede entenderse desde la diferencia, si fuéramos nosotros mismos con nuestras propias razones, y no con las de otros.

Las guerras y la destrucción del mundo están en manos humanas. Esas mismas manos que podrían parar y reconstruir, renovar y reorientar. Siento dolor infinito por las muertes en Gaza, tanto como he sentido por Afganistán, Irán, Siria, Ucrania, Somalia, Yemen o Colombia. Siento dolor infinito, pero no quiero que ese dolor me paralice.

¡Nuestra mejor acción: Apoyar a quienes están ayudando y salvando vidas en medio de las malditas guerras!