Un mecenas mexicano y un palacio lleno de descubrimientos
La guía oficial de turismo Raquel Méndez nos adentra en las curiosidades del palacio de Torremejía de Almagro
Curioseando | Un mecenas mexicano y un palacio lleno de descubrimientos
En 1985, un mecenas mexicano estaba paseando por el barrio noble de Almagro, que es una maravilla por la cantidad de palacios y portadas que hay. Algunos de ellos se venden hoy en día y como curiosidad, a los grupos de turistas, a veces, interesa mucho más cuánto vale ese palacio, por cuánto se vende a si era de los Fúcares o quiénes eran y la interpretación de sus escudos nobiliarios. Curiosidad, el Palacio de los Fúcares de Almagro se vende por 875.000 €, el palacio de los Strozzi por 420.000 € o incluso la iglesia de las Bernardas, en este mismo barrio se vende por 300.000 euros.
Ahora que hace 38 años, ese mecenas mexicano del que hablaba al inicio estaba paseando por esta zona, vio un Palacio y dijo: si algún día este palacio se pone en venta yo lo compraré y así fue. Y ojo, menos mal, porque de no caer en manos privadas no tendríamos ahora este patrimonio disponible para ser visitado y lo que es más importante, restaurado.
Mauricio Fernández Garza, es ex senador, alcalde en 3 periodos de una ciudad de mexicana y empresario de éxito que por cierto, tiene varias destilerías, ha sacado una nueva cerveza allí llamada Milarca, posee ni más ni menos que 5 museos, tiene grandes colecciones de arte porque es un gran coleccionista, un mecenas como dije antes, numerosas propiedades, tiene una empresa de comida del futuro y hasta se ha comprado una bodega manchega. Y por supuesto, el Palacio que hoy nos atañe, el llamado Palacio de Torremejía de Almagro.
Os cuento que Mauricio se sentía en deuda con Almagro cuando hace unos años descubrió que uno de los 4 artesonados mudéjares que tiene en México y Estados Unidos procedía de la mismísima Universidad de Almagro. Y ¿qué hace un artesonado mudéjar a otro lado del océano si ese estilo es de aquí de nuestra península y encima tan antiguo? Pues una desgracia, un saqueo o expolio que sufrió España a principios del siglo XX, un magnate estadounidense llamado Randolph Hearst, ayudado por un matrimonio que eran unos marchantes de arte muy avispados y sin escrúpulos, se aprovecharon de que en aquella época estos artesonados no eran valorados como hoy en día, al contrario, se creía que eran cosas desfasadas, viejas, pero ellos con ojo artístico, ese ojo y ese olfato que tienen los marchantes de arte para las antiguallas de gran valor, negociaron mucho y se llevaron 87 techumbres mudéjares españolas, por eso cuando vemos techumbres mudéjares por la península, yo enseño unas cuantas en Ciudad Real, como la que tenemos en la iglesia de Santiago que es preciosa, que siempre le digo a la gente que tenemos que celebrar todos y cada uno de los artesonados mudéjares que se conservan en España precisamente por este tremendo expolio sufrido. Menos mal que la techumbre de la Catedral de Teruel estaba escondida, menos mal que el artesonado de Santiago también, en una época barroca se taparon y eso les protegió al no verse. Hay un documental muy interesante a la par que triste que se llama “los cielos españoles” que habla de todo esto y muestra a estas personas que se llevaron estos artesonados, artesonados con técnicas de ebanistería complicadas y que se ensamblaban y se montaban con técnicas como la de par y nudillo que eso muchas veces no tenía ni clavos, con lo cual ahora mismo te puedes encontrar en ranchos y grandes fincas de estados unidos de esas que lo mismo tienen estilo rococó mezclado con clásico o renacentista y en el techo tienen un artesonado mudéjar montado al revés o montado como una aberración porque esa gente que lo montó no tenía ni idea de lo que les llegaba, esas vigas y vigas en contenedores a través de los barcos que llegaban a puertos americanos. Muy fuerte esta historia. Bueno, después del inciso, a lo que voy:
Este palacio de Torremejía es considerado una auténtica joya del siglo XVI, de hecho, es uno de los palacios que más elementos de ese siglo conserva de Almagro porque la mayoría conserva del siglo XVII, y más del XVIII y XIX. Este palacio se sabe que fue construido por una importante familia gallega, los Pisa. En el siglo XVII pasa a manos del Marqués de Torremejía, Caballero de la Orden de Santiago. Tiempo después fue donado a los dominicos y se convirtió entonces en el famoso Convento Colegio de Nuestra Señora del Rosario, estuvo siendo colegio 80 años, y eso es bonito ya que es un lugar en el recuerdo de muchos niños, que fueron niños quiero decir. Incluso curiosamente han dejado en las paredes, que esto es una cosa muy de moda en las restauraciones, han dejado grafitis, pintadas de aquellos alumnos, hay una muy visible que dice: “Aquí en este colegio pasó yo 5 años de mi vida todas estas experiencias todas estas paredes forman ya parte de mí.” Firmada en el año 1976.
Hace 4 años Don Mauricio dio el pistoletazo y la tremenda inversión para empezar a restaurar esta maravilla, 4 años de intenso trabajo en los que un equipo de 10 profesionales restauradores del Museo del Prado han puesto todo su empeño y hay que decir que sigue, porque están acondicionando más espacios, han ido apareciendo cosas, derribando muros han aparecido estructuras originales, las cuevas que hay previsión de que se conviertan en lugar de catas o para tomarse algo, lo cierto es que el proyecto promete y mucho, se pretende de hecho convertir en un espacio de alojamiento con degustación de vinos y un restaurante Estrella Michelín de cocina mexicana.
A pesar de no estar del todo restaurado, ya hay muchos espacios listos y te hacen una visita guiada. La hace un señor de Almagro que es el que ha sido la mano derecha de Don Mauricio para todas esas contrataciones de confianza durante la restauración que ha sido el que ha seguido las obras y para sorpresa de todos, este histórico palacio de Torremejía, escondía toda una serie de descubrimientos, Cuevas, patios, esas estructuras ocultas del que hablaba. Pero lo mejor vino al hallar unas impresionantes pinturas murales y un finísimo empapelado chino de arroz de la Dinastía Ching que está fechado entre el siglo XVII y el XIX y que es extraordinariamente raro ya que en aquella época el comercio de China estaca cerrado al exterior.
Así que aquí he dejado este adelanto sobre un nuevo recurso sumado a Almagro, las visitas son en varias horas del día y se pueden reservar.