¿Cuánto puede aguantar el planeta la acción del hombre?

Albacete

¿Cuánto puede soportar el Planeta la acción devastadora de la especie humana?¿Qué consecuencias tendría para el ser humano el colapso de la Tierra?

Estas y otras preguntas de similar calado circulan por los foros científicos desde hace ya varias décadas. Un reciente estudio del Centro para la Resiliencia de Estocolmo, prestigiosa institución científica dependiente de la Universidad de esa ciudad, apunta que, a medida que el sistema Tierra se transforma en el Antropoceno, los enormes desafíos que surgen de la interacción de factores socioeconómicos y ambientales, el cambio climático, la crisis económica mundial, la creciente inseguridad alimentaria, las pandemias y los conflictos violentos, ponen en riesgo su supervivencia.

Además, el aumento de la conectividad y la globalización han generado nuevos riesgos sistémicos que pueden provocar efectos en cascada con impactos perjudiciales para las personas y la biosfera. Para medir estos impactos, en septiembre de 2023, un equipo de científicos cuantificó, por primera vez, los nueve procesos que regulan la estabilidad y resiliencia del sistema Tierra. Se trata de nueve procesos con límites cuyo traspaso pondría en riesgo la supervivencia de la especie humana, entre otras muchas.

Desde el calentamiento global hasta la deforestación, desde los contaminantes y el plástico hasta los ciclos del nitrógeno y el agua dulce… estos nueve procesos son los que determinan el equilibrio de la vida sobre la Tierra. Actualmente se están cruzando seis de los nueve límites planetarios, al mismo tiempo que aumenta la presión en todos los procesos fronterizos, según muestra una  investigación publicada en la revista “Science Advances”.

Todos estos estudios y proyecciones que se derivan de ellos no son meras generalidades. En nuestro día a día traspasamos continuamente los límites planetarios casi sin querer, como ocurre con uno de los más frágiles, el límite al uso de los recursos hídricos. Así, por ejemplo, las amenazas relativas al deterioro de los recursos hídricos son tres: la pérdida de recursos de humedad del suelo (la llamada agua verde) debido a la degradación de la tierra y la deforestación, que amenazan la producción de plantas y el secuestro de carbono, el uso y los cambios en volúmenes y patrones de escorrentía (el agua azul) que amenazan el suministro de agua humana y las necesidades de agua para los ríos y lagos, y los impactos en la regulación climática, que afectan los patrones de precipitación locales y regionales. En los Resultados del Estudio Nacional de Suministro de Agua Potable y Saneamiento en España 2022 el consumo medio del agua en los hogares españoles ha aumentado ligeramente hasta 131 litros/habitante/día. España es uno de los cinco países de la Unión Europea junto con Bélgica, Luxemburgo, Alemania e Italia que más agua consume por habitante. 

Según un estudio de la Fundación Aquae, un grifo que gotea desperdicia más de 75 litros de agua por día. Un grifo goteando en cada hogar español llenaría un estadio de fútbol en 18 días. Sin embargo, el mayor consumo de agua tiene lugar, con diferencia, en el sector  agricola (un 80% del total). Un día nos despertamos con la noticia de que un empresario compró en 2019 una finca de secano a las afueras de Sevilla y la transformó en regadío para multiplicar su ganancia económica a costa de extraer durante cuatro años más de 2.000 millones de litros de agua azul, lo cual supone expoliar el abastecimiento de una ciudad mediana durante todo un año. Otro día, nos enteramos que la fiscalía se querella contra una firma de la casa de Alba por utilizar 8 pozos irregulares en una finca de su propiedad cerca del Parque Nacional de Doñana.

El expolio de los recursos hídricos ha sido una constante en España desde hace décadas, poniendo en riesgo el propio recurso, así como ríos y humedales tan importantes como Doñana o las Tablas de Daimiel. Los nueve procesos que regulan la estabilidad del sistema Tierra son importantes, pero me temo que sólo seremos conscientes de ello el día que, al levantarnos, abramos el grifo para lavarnos o para beber y no caiga una sola gota de agua. Ese día habremos aprendido qué supone traspasar los límites al desarrollo.