Los botijos de Chillarón y otras tradiciones del día de Difuntos en Cuenca
Calabazas, guardar judías para una merienda o romper botijos son costumbres ya desaparecidas
Los botijos rotos de Chillarón y otras tradiciones del día de Difuntos en Cuenca
Cuenca
El día de los Fieles Difuntos, el 2 de noviembre, y su víspera, es una fecha llena de tradiciones en España, y la provincia de Cuenca, no es la excepción. En Hoy por Hoy Cuenca hemos conocido algunas de ellas como los botijos rotos de Chillarón de Cuenca charlando con Miguel Osma, graduado en historia cultural de Humanidades en la Universidad de Castilla-La Mancha.
Los botijos de Chillarón
En Chillarón de Cuenca, sus vecinos más mayores aún se acuerdan de una tradición que se llevaba a cabo en tiempos pasados y que involucraba a jóvenes, especialmente a las muchachas y los muchachos, en la víspera del día de los Fieles Difuntos.
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La peculiaridad de esta costumbre residía en la recolección de botijos a lo largo del año que las familias del pueblo donaban. “Las muchachas los guardaban, algunos rotos o medio dañados”, explica Osma. “Estos botijos debían esconderse en corrales y patios para que los jóvenes no pudieran encontrarlos. El objetivo de esta recolección era prepararse para la tarde del 1 de noviembre, la víspera de Difuntos. Aquel día las muchachas salían a la calle con los botijos y los jóvenes intentaban romperlos”.
La tradición se convertía en una especie de juego y persecución, en la que los jóvenes perseguían a las muchachas. “Cuando un joven alcanzaba a una muchacha, ella rompía el botijo para evitar que él lo hiciera”, matiza Osma quien añade que no ha encontrado referencias similares en otras regiones de España.
Según los testimonios de los habitantes más mayores del pueblo, esta tradición se mantuvo hasta los años 70 y 80, después de lo cual comenzó a desaparecer. “A pesar de su desaparición, los recuerdos de esta costumbre perduran en la memoria de los habitantes de Chillarón”, cuenta Osma.
Recoger judías
Otra tradición curiosa de Chillarón de Cuenca que nos ha contado Miguel Osma es “la costumbre de las mozas de guardar judías sobrantes del esmote [quitar la cáscara o vaina a los frutos secos], a lo largo del año para poder comprar chocolate o dulces y hacer una merienda en la tarde del día de Todos los Santos”.
Halloween
Las supersticiones y creencias en las ánimas eran comunes en tiempos pasados y algunas de estas costumbres han evolucionado con el tiempo. Halloween también ha influido en la celebración de la víspera de difuntos en Cuenca. La celebración estadounidense se ha hecho evidente con la adopción de disfraces y decoraciones, como las calabazas, “que ya eran parte de las tradiciones locales antes de la llegada de Halloween”, recuerda Osma.
En cualquier caso se ha demostrado una gran creatividad al fusionar elementos de Halloween con las tradiciones autóctonas “como una procesión de ánimas en Chillarón donde una gran calabaza era llevada en andas por las calles del pueblo seguida por un cortejo de fantasmas y personajes monstruosos. Esta procesión es un ejemplo de cómo las tradiciones pueden adaptarse y evolucionar con el tiempo”.
Paco Auñón
Director y presentador del programa Hoy por Hoy...