Una partida y varios avisos de esperanza

Ciudad Real

Entre una terrible actualidad marcada de nuevo por la injusticia de las guerras, acabamos de disfrutar de una semana dedicada al papel fundamental que juegan las bibliotecas en nuestra sociedad. La amplia programación desarrollada en nuestra provincia incluyó el viernes pasado en Tomelloso la presentación del último poemario de Valentín Arteaga, titulado Hacia la puerta que nunca abrimos. El poeta de la luz, hijo predilecto de la región y de su Campo de Criptana natal, recibió el cariño de un público que lo admira desde su paso por Tomelloso en la década de los 80. En su plenitud creativa, Arteaga nos regaló la lectura de algunos de sus más bellos poemas que están cada vez más cerca de alcanzar el propósito, compartido con el gran Eladio Cabañero, de lograr que “un día salve un verso a una persona”.

Y si de salvación hablamos, Tomelloso también fue protagonista el domingo de una nueva llamada al Sescam para que responda a las necesidades de su Hospital. La concentración celebrada en la Plaza de España de la ciudad constituye una constatación más de que la población espera soluciones y no está dispuesta a consentir que sus gobernantes miren para otro lado.

Tampoco cabe el menor despiste en la partida de la investidura

de Pedro Sánchez que entra de lleno en sus últimas bazas cuando aún resuena el aplauso en pie del comité federal del PSOE, excepción hecha del papel discrepante que sigue jugando Emiliano García-Page respecto a la amnistía. Si se tratara de una partida de mus, el presidente en funciones del Gobierno de España da la sensación de saberse de mano con el mejor juego y de no temer ser vencido a base de órdagos. Veremos muy pronto si realmente es así o si también él va de farol.

Mientras llega ese momento obligado de levantar las cartas, vivimos este 31 de octubre un acontecimiento cargado de simbolismo. Leonor de Borbón Ortiz, la Princesa de Asturias, jura nuestra Carta Magna al cumplir la mayoría de edad. Hoy es un día para celebrar los logros de una monarquía constitucional que representa junto al pueblo al que sirve el mejor aval de nuestra democracia parlamentaria.