Hoy lloro por ti, Argentina

Albacete

Les confieso que estoy, literalmente, llorando desde la pasada medianoche. Y sigo llorando mientras escribo y les hablo en este momento.

Lloro por todas mis amigas que viven en Argentina que son docentes, sanitarias y empleadas públicas comprometidas con los derechos sociales. No tanto por el riesgo de ser perseguidas y perder su empleo (que también), sino porque ellas saben mejor que nadie lo que significará este salto hacia el abismo de Argentina para la gente más vulnerabilizada y empobrecida.

Lloro por las mujeres que, aunque no votaron masivamente a Milei, sufrirán más que nadie la agresión institucional y el despojo de derechos. Triunfa el negacionismo de la violencia machista y se ven amenazados seriamente derechos tan ardua y lentamente conquistados, como el de la interrupción voluntaria del embarazo. Nuestros cuerpos serán, una vez más, territorio de conquista y agresión.

Lloro por las Abuelas y las Madres de Plaza de mayo, que son símbolos planetarios de la dignidad, de la lucha por los Derechos Humanos y la Memoria democrática. Porque al dolor del asesinato, la tortura y desaparición de sus hijos y nietas; a partir de ahora sumarán el dolor por la reivindicación, desde la presidencia de su país, de la que ha sido la peor dictadura de América latina: que mató e hizo desparecer a más de 30 mil personas. Anoche circularon por diferentes ciudades argentinas los famosos Ford Falcon verdes que se utilizaban en la dictadura para secuestrar y asesinar a disidentes.

Lloro porque Milei será presidente, pero el que ha ganado realmente es Macri: el presidente conservador que dejó en 2018 la mayor deuda externa del país.

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Lloro porque la represión que se viene a quienes protesten, ya la incluyó anoche Milei en su discurso. En el que sólo se dirigió a “los” argentinos (nunca a las argentinas) y en el que sólo agradeció a la “gente de bien”. Y avisó que los cambios serán drásticos, rápidos y sin anestesia… Para un pueblo que hace tiempo está en el quirófano, y que en esta votación ha mostrado que sueña como posible “volver al siglo XIX y convertirse de nuevo en potencia mundial”. No es lo que yo opino, es lo que dijo literalmente anoche Milei.

El populismo ultraderechista y ultracapitalista se instalará en Argentina oficialmente el próximo 10 de diciembre, cuando Milei asuma el cargo de Presidente de la República. Ese día, precisamente, es en el que se celebra mundialmente el aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. También es el día en que se cumplirán 40 años del retorno a la democracia en Argentina después de la dictadura militar. Como si de una broma del destino se tratara, ese día Argentina tendrá un presidente que ha alabado y citado literalmente en sus discursos, parte del alegato de defensa de Massera durante el juicio a las Juntas Militares de las que formó parte. No en vano la que será vicepresidenta es hija de esos dictadores militares y una de sus abogadas defensoras.

Junten y sumen a Trump, Bolsonaro y Abascal, y multiplíquenlo por cien, por mil: el resultado lo vamos a ver muy pronto en Argentina. Aunque no sólo allí. Porque como dice el gran historiador Julián Casanova, la historia no se repite, pero siempre rima.

Hoy lloro por ti, Argentina. Y lloro también por mí. Y por todas nosotras. Porque las campanas no solo doblan para ti.