La mesura
La firma de opinón del abogado, decano del Colegio de la Abogacía y vicesecretario general del Colegio de Abogados de España, Albino Escribano
La mesura
Albacete
Corren tiempos difíciles para la mesura.
La polarización de la actividad política, de aquellos que como servidores públicos deben servir de ejemplo y de referente, se ha trasladado a la gente de la calle. Mandos intermedios, sometidos a consigna diaria, reclaman manifestarse o callarse, según les convenga. E independientemente de lo que pienses, si lo que dices o callas no les conviene, la respuesta es el señalamiento, que es una práctica totalitaria.
Ese tipo de comportamientos, que utilizan frases de otros a su conveniencia o para intentar agredir si no haces lo que te dicen o si tu opinión no es igual a la suya, suponen la degradación de la convivencia.
Otros, que solo se pronuncian cuando les toca muy directamente, echan de menos que aquellos a los que nunca apoyan en sus reivindicaciones, se manifiesten a su favor, en un ejercicio de solidaridad propia o consigo mismo.
El pensamiento y la expresión es de cada uno. La expresión es una Libertad no una obligación. Y aunque piense igual que tú, si me expreso bajo tu coacción o por tu interés, no soy libre. Y cuando en ese ejercicio de presión se recurre a la demagogia del temor al silencio de los buenos, no hay otra conclusión que la de entender que ya tienes decidido quienes son los buenos: los que piensen igual que tu y lo expresen bajo tu requerimiento.
Corren malos tiempos para quienes piden serenidad y calma, independientemente de que estén o no de acuerdo con los que se manifiestan. La calma es contagiosa, y quizá no interesa.