Kratos
La firma de opinión del actor, dramaturgo y director teatral Juanma Cifuentes
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Albacete
La democracia es un sistema que pregona el respeto de las decisiones colectivas para garantizar la voluntad popular.
Aunque también en Grecia hubo un sistema llamado democrático en el no todo el pueblo participaba de la decisión del gobierno de la ciudad.
En cualquier caso hoy en día la democracia es garantía de igualdad y respeto de los derechos fundamentales. Procurando desarrollar la voluntad de la mayoría de los ciudadanos.
Sus derechos políticos.
Sus derechos civiles.
Sus derechos de libertad.
Y sus derechos sociales.
Algunos dicen que la democracia es el peor sistema de gobierno, a excepción de todos los demás.
Osea, que no es perfecto pero es el menos malo de todos.
Hay sistemas que se llaman democráticos y que suprimen a la primera de cambio los métodos democráticos, valga la redundancia, en los que se fundamente la democracia.
Con consentimiento muchas veces del pueblo soberano estos gobernantes hacen de su "democracia un sayo”.
Sin ir más lejos el nazismo y el fascismo conquistaron el poder de forma democrática y luego lo entregaron "democráticamente" a un iluminado que suprimió la democracia.
Podríamos hablar también en estos términos de otros sitios más paradisiacos, como por ejemplo Venezuela.
Da lo mismo el sitio, lo que importa para este articulo es que en estos ejemplos de “democracias”, el poder no reside en el pueblo.
¿Pero qué pueblo?
¿Es posible un poder del pueblo entero?
Afortunadamente no.
Pues si un pueblo fuese unánime, sería la s e ñ a l m á s c l a r a d e l a d e g e n e r a c i ó n democrática.
Pues es obvio que en un mismo pueblo hay un pluralismo político y distintos y variados conflictos sociales.
Ya os digo yo que la democracia en el sentido puro raramente ha existido.
Hasta no hace mucho el sufragio universal estaba limitado a ciertas clases sociales.
¿No deberían ser suficientes estas lecciones de la historia para hacernos modificar el sentido de la democracia y el funcionamiento de la misma?
Parece ser que no.
Pues cada vez se hace más fragrante que prevalecen los intereses de conservación de los restringidos grupos dominantes.
¡Cuidado!
Porque la democracia aguanta muchas cosas pero cuando esta se fundamenta en los intereses propios y no de todos y en “la mentira”, sin reparos, los ciudadanos y ciudadanas pierden la confianza en ella.
Y una vez perdida esa confianza el desenlace puede derivar en algo muy poco democrático.