Opinión

El asesinato de Carrero Blanco

La firma de opinión del alcalde de Valdepeñas, Jesús Martín

La opinión del alcalde de Valdepeñas, Jesús Martín

Ciudad Real

El asesinato de Carrero Blanco, del que mañana se cumplen 50 años, dejó para la historia de España no pocos interrogantes y dos incógnitas: ¿qué hubiera sido de la dictadura después de Franco de no haber muerto el almirante? Y ¿Cómo hubiera evolucionado ETA?

De la primera dio cuenta el llamado espíritu de la transición. De la segunda: Fue por aquel atentado por el que en ETA se impuso la lucha armada frente a la facción que defendía el activismo político.

“Una palabra y todo se pierde, una palabra y todo se salva” sentenció André Bretón.

50 años después de aquel atentado y 12 de la desaparición de ETA, parecen no ser suficientes para que, algunos políticos asuman la democracia plena y dejen de usar las palabras que todo lo pierden: Amnistía (olvidando que los asesinos de Carrero Blanco nunca fueron juzgados y se amnistiaron en el 77); y Filoetarras (olvidando que varias décadas de terror y más de 800 muertos han dado -por fin- fin a ETA y paso al activismo político).

Es una obviedad que, a la historia de España donde se le toca, duele. Pero juzgar a un bedel por abrir un colegio electoral, o negarle la palabra a los que abolieron las armas, no es acogerse al espíritu de la transición.

“No hay camino para la paz, la paz es el camino” predicó Gandhi, antes de ser asesinado.

Es navidad. Estaría bien no hacer uso de las palabras que todo lo pierden y no olvidar las palabras que todo lo salvan: “Paz, piedad y perdón”.

Feliz Navidad.