Opinión

Mari Carmen

La firma de opinión de la periodista y presidenta de la Asociación de la Prensa de Albacete, Loli Ríos Defez

Loli Ríos, periodista y presidenta de la Asociación de la Prensa de Albacete / Cadena SER

Mari Carmen

Albacete

Fue una de mis primeras entrevistas. En el verano de 1994, yo era becaria en el diario La Verdad y tenía reservada cada día una página para hablar con un personaje destacado de la ciudad. Me recibió con la amabilidad y respeto con los que hubiera recibido a cualquier periodista con caché. No hacía distinción. Mari Carmen de Huéscar era igual de generosa con todo el mundo.

La noticia de su muerte me pellizcó el corazón. A Mari Carmen la queríamos todos en la profesión. De hecho, en 2003, la reconocimos con el Premio a la Colaboración Periodística. Difícil encontrar un reconocimiento más justo en la historia mundial de los premios habidos y por haber. Difícil, también, que se repita una mujer como ella.

En aquella entrevista me contó por primera vez cómo se creó la Hermandad de Donantes de Sangre de Albacete hace 52 años. Fue un parto complicado. La madre perdió mucha sangre y solo una transfusión le podía salvar la vida. Pero en 1971, la sangre se compraba y la mujer no tenía recursos. Un grupo de personas se presentaron para la donación. Eran cuatro empleados de banca. Desde entonces, casi 75.000 donantes han dado su sangre en la provincia, unos 15.000 son activos y se hacen 17.000 donaciones al año. Mari Carmen de Huéscar ha tenido mucho que ver para que se haya llegado a esas cifras al fomentar el espíritu altruista durante los más de 20 años que fue presidenta de la Hermandad.

Ese mismo espíritu del que ella hacía gala. 115 veces puso su brazo. Yo creo que quien recibiera medio litro de su sangre también recibió medio litro de generosidad, de candidez, de alegría…

En la redacción, tenemos las mesas llenas de calendarios de los donantes. Es un clásico de la navidad, como el turrón, que la Hermandad nos reparta algunos de sus regalos: bolígrafos, bolsas, marca páginas, neveras, despertadores, libretas, mini transistores, mantitas a cuadros, metros y hasta lupas. Cada vez que los vea, me entristeceré.

Te vamos a echar de menos, Mari Carmen, porque nos hace falta más gente como tú. Porque nos hace falta más buenas personas.

Que la tierra te sea leve, querida amiga.