Opinión

¿Son clientes los alumnos universitarios?

La firma de opinión de la investigadora y decana de la Facultad de Medicina de Albacete, Silvia Llorens

Firma de opinión de Silvia Llorens

Hola de nuevo. A día 29 aun quiero felicitarles las Fiestas. Solo faltan dos días para que acabe el año 2023. Sería el momento de ir buscando soluciones, que no explicaciones, a los deseos que nos hacemos.

¿Son clientes los alumnos universitarios?

Algunos de los que yo me hago cada día del año, ustedes ya los han ido conociendo, puesto que los he ido plasmando en forma de reflexiones en el poco tiempo que llevo ocupando esta columna de opinión que me ha brindado Radio Albacete, la cadena SER.

Una de las reflexiones que en estos días se debería convertir en un deseo, es cuidar de la educación, es decir, de la formación de nuestro alumnado. Evitar las perversiones del sistema educativo que tan fácil se introducen en él.

En muchas ocasiones he oído decir que el alumnado debe considerarse un cliente. No, la universidad no es una empresa. Puede ser una institución emprendedora, pero no es una fábrica de hacer profesionales. En el caso de la Facultad de la que soy Decana, la Facultad de Medicina de Albacete, no es ni debe ser, a mi entender, una fábrica de hacer médicos y médicas.

No debemos olvidar que la educación es un derecho. ¿Pero un derecho a qué? ¿a encontrar trabajo?, ¿a servir a una sociedad productiva, como si de un intercambio mercantil se tratara? No, la educación es el derecho a adquirir aprendizajes significativos, que formen a personas reflexivas, creativas, y que sepan buscar soluciones a viejos y nuevos problemas.

Así que el aprendizaje es necesariamente un proceso participativo, en el que el alumnado debe ser protagonista de su formación. Para ello, se requiere tiempo, tiempo de consolidación, de integración y conexión de conocimientos, de afianzar valores.

Cierto es que se han de satisfacer las necesidades de la sociedad, pero las Universidades públicas no han de comportarse como proveedores de contenidos, si no como receptáculos de aprendizaje y humanidad. No se trataría de atraer más y más estudiantes, sin tener en cuenta si se puede mantener la calidad del aprendizaje.

Por suerte, nuestra Facultad tiene unos sólidos cimientos metodológicos donde el aprendizaje está centrado en el alumnado, y así espero que siga por mucho tiempo y que se sepa valorar esta parte de la educación. Algo tan fundamental como que lo que importa no es que alguien enseñe, sino que alguien aprenda.

Muchos son los deseos-soluciones que en estas fechas se suelen pedir, uno podría ser que se valore, se mantenga, se respete lo que es la educación. Que las Universidades no sean unos grandes almacenes llenos de contenidos que comprar sin más.

Pasen un buen fin de semana y hasta el año que viene.

Feliz año 2024!