Arte y naturaleza: el problema de los pellets de plástico

Toledo

Desde hace unos días escucho atónito el debate sobre si unas pequeñas bolitas de plástico o pellets son tóxicas o contaminantes en nuestras playas. La sensación es que si no son tóxicas dejan de ser un problema. La realidad es bien diferente y espero que se me entienda.

El desgraciado desastre medioambiental que estamos sufriendo en estos días en las playas del norte peninsular, no deja de ser la punta del iceberg del grave problema que sufren nuestros mares, una contaminación excesiva que puede acarrear problemas sociales en un futuro cercano. Si uno pasea por nuestras playas y observa la arena, se dará cuenta que en ella no sólo hay granitos de arena y restos de conchas, sino muchos materiales de origen antropogénico de pequeño tamaño. Basta cribar un poco de arena para encontrar, trocitos de redes, tapones de todo tipo, fragmentos de plástico, bastoncitos de todo tipo, tampones, trozos de toallitas higiénicas, y por no continuar una multitud de objetos de pequeño tamaño. Pero, ¿Cuál es su origen? Pues llegan al mar por diversas vías, bien por ser tirados desde embarcaciones, bien por ser arrastrados por los ríos que los llevan al mar. Lo cierto es que los ríos son los grandes maltratados de nuestra historia. Basta con pasear por orillas del río Tajo para descubrir en sus orillas todo tipo de plásticos, contenedores, motos, bidones e incluso, como me han contado recientemente, un casco de moto de la policía de Torreón de Ardoz que apareció en Toledo. Bastante vueltas debe haber dado el casco en su viaje fluvial.

Nadie entendería que en el Museo del Prado o en el Museo de Santa Cruz aparecieran unas bolitas de plástico que pudieran ser tóxicas a largo plazo por su transformación en micro plásticos. El ciudadano se quejaría y se buscarían soluciones en seguida. ¿Por qué? Pues porque el arte ha de conservarse por su valor único. Esto es lo que pasa en la Naturaleza, pero no se quiere buscar una solución. La Naturaleza es nuestra casa y debemos conservarla para asegurar la continuidad de nuestra especie.

¿Existe alguna solución al problema? A corto plazo no, pero a largo plazo sí. La primera solución sería mejorar el sistema de tratamiento de residuos que realizamos. Tener el medio ambiente limpio es fundamental para asegurar el principal negocio de nuestro país: el turismo. Se debería mejorar la efectividad en el tratamiento de residuos para asegurar una adecuada calidad de nuestras aguas y atmósfera. La tecnología existe, pero no se utiliza con una efectividad del 100%. Basta con pasearse por las orillas del Tajo u observar las boinas de contaminación sobre nuestras cabezas para darse cuenta que la eficiencia no es total. Otra solución a largo plazo la tenemos todos en nuestras manos. El ciudadano debería ser consciente que tirar cualquier objeto al suelo o a nuestros ríos tiene repercusiones a largo plazo. Lo curioso es que, si uno mira bien a su alrededor en la ciudad, verá que tiene una papelera a unos escasos metros y, aunque suene extraño, las papeleras están para usarse. Y si no las hay, pues para eso se hicieron los bolsillos en los pantalones y abrigos. En definitiva, que un pequeño gesto de la ciudadanía también es parte de la solución.

Si queremos conservar el Arte ya sabemos lo que hay que hacer y si queremos conservar y asegurar la existencia de nuestra especie, la ciencia y los tecnólogos ya han aportado ideas para ello. Basta un poco de voluntad política y personal para resolver estos problemas de forma conjunta.