El 18 de enero
La firma de opinión del actor, dramaturgo y director teatral Juanma Cifuentes
'El 18 de enero', la firma de opinión de Juanma Cifuentes
Albacete
Hoy es 16 de Enero.
En dos días será mi cumpleaños. Y como todos los años, me quedaré sin regalos.
Me quedaré sin ellos porque ya me los han dado en Reyes. Es por ello que nunca he hecho una lista de deseos por estas fechas, pues desde siempre he tenido claro que no se iba a materializar.
Lo que si suelo hacer cada año es un balance de vida. Una vez hecho… Me recuerdo varias cosas.
Ese es mi regalo anual. Uno que no depende de otros, sino de mi. Y es el que más me ilusiona. Así que este dieciocho de Enero me levantaré…
Me enderezaré todo lo que pueda… Pondré los hombros hacia atrás… La cabeza bien alta… Meteré la barriga… Y miraré al frente. Miraré a la vida. La miraré con franqueza. Y sentiré mis pies como cada año. Uno en la zona que domino. Y otro en aquella que estoy descubriendo.
Uno en el orden Otro en el caos. Sintiendo bien las dos principales fuerzas de la vida. Y reflexionaré sobre el porqué de ella. Porqué me levanto tan transcendental?
Porque como Nietzsche pienso que: “Quien tiene un porqué para vivir, encuentra siempre el cómo” Después de este momento único, empezaré a contestar los mensajes de mis amigos.
Aquellos que me han demostrado a lo largo de la vida que quieren lo mejor para mí. Si, puro egoismo, ya lo se. Pero por mi experiencia, son los que me dan los mejores consejos, tanto para lo bueno, como para lo malo. Y en mi Mundo…. Un Mundo que te hace ver la vida desde las nubes.
Es muy bueno que te indiquen la dirección de la Tierra. De la realidad. Aquella realidad que te dice cara a cara, lo que eres. Que no permite que me compare con nadie y que me dispone a enfrentarme a mi ahora, para no olvidar quien era yo antes.
Y entonces le dejo el cielo a los pájaros. Y en mis primeras palabras del día, antes de criticar a alguien, me aseguro de tener mi vida en perfecto orden. Y después me centro en hacer cosas con significado, no solo porque me convenga.
Y también en la “verdad”… Teniendo en cuenta que mi verdad está basada en mi conocimiento, al que considero lo suficientemente capacitado como para saber lo que es bueno, ahora y más adelante, sin el menor asomo de duda.
Y es por ello que no la escondo. Porque tengo claro que esconderse, no salva a nadie, ni de la enfermedad, ni de la locura, ni de la muerte, ni de Hacienda. Y me siento en los bancos del parque con mis mayores para escucharlos… Escuchar activamente pues doy por hecho que las personas a las que escuchas pueden saber algo que tu no sabes. Y me gusta saber.
Cuanto más viejo soy más quiero saber, más escucho, me siento más cotilla que nunca. Después de hacerlo soy capaz de expresarme con precisión. Los mensajes confusos, no me gustan.
Y es por eso que soy un gran defensor de la palabra. Pues he comprobado que aún cuando las cosas se derrumban y el caos aparece, podemos volver a darle forma mediante ella. Pero también me gustan los graznidos, los aullidos, los ladridos y el bullicio de los niños.
Ellos también me dicen cosas. Así que en este año, seguiré disfrutando con los niños que juegan en las calles y nunca dejaré de acariciar a un perro o a un gato, porque a mí, me cuentan muchas cosas.
Cosas que espero seguir contando a lo largo de este joven año 2024.