Rescatada del pasado la industria del vidrio de un pequeño pueblo de Cuenca

Vindel escondido en un frasco de vidrio es el título del trabajo de investigación que ha llevado a cabo Vestal Etnografía en este municipio conquense de 17 habitantes (datos del Padrón de 2023) con la colaboración de su Ayuntamiento y de la Diputación Provincial de Cuenca. Sobre lo averiguado a través de los documentos y los vestigios que perduran, y sobre la importancia de su antigua fábrica de vidrio, hemos charlado con Tirso Moreno, uno de los autores del estudio, en el espacio La Memoria de la Tierra que emitimos los miércoles cada quince días en Hoy por Hoy Cuenca.

“A diferencia de otros estudios etnográficos que hemos elaborado en otros pueblos de Cuenca, y para los que han sido fundamentales los testimonios de sus vecinos, en este caso ya nadie ha podido contarnos nada de viva voz porque aquella fábrica de vidrio se cerró en el siglo XIX”, apunta Tirso Moreno.

Catastro de la Ensenada

Un documento fechado en 1553 y conservado en el Archivo Histórico Provincial de Cuenca menciona ya que Vindel tiene hornos de vidrio y hace referencia a una disputa con el vecino pueblo de El Recuenco por la tala de árboles para leña con la que alimentar el fuego de esos hornos.

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El siguiente documento que aporta información sobre esa industria es el Catastro del Marqués de la Ensenada elaborado a mediados del siglo XVIII bajo el reinado de Fernando VI. “Ahí se apunta que la mayoría de los vecinos de Vindel eran arrieros y que había una fábrica de vidrio importantísima”, explica Moreno.

“En 1752 se fecha el documento de aquel estudio. Y sobre esta industria se dice que había nueve maestros y oficiales del vidrio, un velador, un moledor, un arenador, un aprendiz y cuatro muchachos con la labor de mozos. También se describe cómo era el horno, que tenía cinco morteros, dos arcas para depositar la arena y la barrilla y unas piedras para moler que aún se conservan y que hoy se exponen como un monumento en las calles de Vindel”.

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El vidrio

“Para la elaboración del vidrio se necesita arena compuesta por sílice, la cal y la barrilla o sosa”, detalla Moreno. “Arena y cal eran elementos presentes en el entorno de Vindel como la leña de sus montes para los hornos. La sosa se extrae de las plantas barrilleras y se traía de zonas de Murcia o de las lagunas endorreicas de la Mancha”.

Pueblo de arrieros

“Durante varios siglos la mayoría de la población de Vindel fueron arrieros”, detalla Moreno. “Casi todo el pueblo pasaba diez o más meses del año transportando el vidrio de esa fábrica con sus mulas por los caminos de España. Era tan importante ese vidrio que llegaba hasta, por ejemplo, el puerto de Bilbao”.

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“De la importancia de esta fábrica habla también que uno de sus maestros vidrieros, Gabriel López, acabara trabajando en la Real Fábrica de Cristales de la Granja, en Segovia”, apunta Moreno.

Otras fábricas en la comarca

“Además del horno de Vindel, había otras industrias similares en pueblos cercanos como Alcantud, Priego, Armallones, Villanueva de Alcorón o El Recuenco donde se fabricaron entre 1582 y 1594 las vidrieras de El Escorial”, apunta Moreno.

Destacan desde Vestal Etnografía otro dato que aporta el Diccionario elaborado por Pascual Madoz a mediados del siglo XIX: “Durante las Guerras Carlistas los hornos de vidrio de Vindel se utilizaron como depósito de armas y para la elaboración de granadas. Eso anunciaba el decaimiento de esta industria en la comarca. Vindel cerró a finales del XIX y El Recuenco, la última que pervivió, lo hizo en 1915”.