¿Amor y rutina son compatibles? Descubre las claves de una pareja feliz

Cuenca

Pasión, intimidad y compromiso son fundamentales en el amor de pareja. Pero hay muchas preguntas en torno a la durabilidad de ese compromiso dual a lo largo de los años. ¿Son compatibles la rutina y el amor? ¿Qué pasa después del enamoramiento inicial? ¿Qué aspectos debemos tener en cuenta para superar un periodo de crisis? María Gómez Tórtola, psicóloga sanitaria, sexóloga y terapeuta de parejas, ha respondido a estas y otras preguntas en el espacio Escuela de Salud que coordina Beatriz Hernández, y que emitimos los miércoles cada quince días en Hoy por Hoy Cuenca.

“Solo tiene sentido hablar de amor a largo plazo si entendemos que el amor depende de voluntad, y hablo de voluntad refiriéndome al hecho de elegir de manera consciente y diariamente que quieres estar con la persona que has elegido”, responde Gómez Tórtola. “Para explicar el amor existen muchísimas teorías, pero la más conocida es la teoría triangular de Stenberg, donde se especifica cuáles son los cimientos o los ingredientes del amor”.

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Los ingredientes del amor

“Por un lado nos encontramos con el pilar de la pasión”, explica esta sexóloga, “entendiendo este pilar como la atracción sexual y el deseo que sientes hacia tu pareja. Por otro lado, está la intimidad que hace referencia a la comunicación que tienes con tu pareja, el cómo os entendéis entre vosotros, es decir, la conexión emocional que existe en la pareja. Y por último, el pilar del compromiso, el cual se basa en tomar la decisión de formar la pareja y también de mantenerla en el tiempo. Es esencial tener claros estos cimientos para ser conscientes de qué manera estamos conectando con nuestra pareja”.

La pareja feliz

“La pareja ante todo es dinámica, algo que se encuentra en constante evolución y por lo tanto implica cambios, por lo que requiere de cuidado, construcción y esfuerzo por ambas partes”, apunta Gómez Tórtola. “Si entendemos el amor como algo que se construye también tenemos que tener en cuenta que se puede destruir y algo que hace que las relaciones se destruyan es la falta de comunicación, el desprecio, la falta de claridad de los objetivos que tienen en común,…”

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“Las características que se ven en consulta de parejas felices son aquellas que se admiran, poniendo el foco de atención en las virtudes que tiene su pareja y no en el defecto, las que no solo sienten el amor, sino que saben de qué manera expresarlo, las que no se anclan en recuerdos pasados sino las que crean nuevos recuerdos que mantienen su unión y también aquellas parejas que sienten que su relación les compensa”, comparte esta sexóloga.

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Enamoramiento

Las relaciones largas pasan por diferentes fases o etapas. El amor del principio no es el mismo que cuando llevas, por ejemplo, cinco años con tu pareja. Gómez Tórtola habla de diferentes fases que atraviesa una pareja conforme va pasando el tiempo.

“La primera fase es la que todo el mundo tiene idealizada, la fase del enamoramiento. En esta fase es donde la atracción sexual está a flor de piel, tendemos a sobrevalorar a la persona a la que estamos conociendo, evitando ver sus defectos y fijándonos únicamente en todo aquello que nos atrae, por lo que idealizamos a la persona que tenemos delante. Durante esta fase también nos empezamos a plantear si esta persona puede formar parte de nuestra vida, comenzamos a incorporarlo dentro de nuestra rutina y comprobamos si existe reciprocidad por parte del otro. En esta fase ambos miembros se empiezan a conocer y a compartir experiencias pasadas, presentes e imaginar futuras”.

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“Como curiosidad, se ha estudiado en numerosos ensayos científicos y se afirma que en esta fase a nivel cerebral la persona comienza a experimentar un aumento de estrés, teniendo dificultades para dormir, comer o concentrarse. Se liberan una serie de neurotransmisores y hormonas que provocan la misma sensación que estar bajo los efectos de algunas drogas”.

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Inicio de la relación

“Una vez terminada la fase de enamoramiento, donde desaparece la idealización que tenemos del otro, aparece la fase del inicio de la relación, donde los dos miembros conocen tanto las cosas positivas como las que no lo son tanto de su pareja. En esta fase ya se empiezan a adquirir ciertas responsabilidades y compromisos por ambas partes”.

Decepción

“Después se pasa a la fase de decepción llamada así porque es la fase donde los miembros de la pareja ponen en una balanza si la relación o no les compensa. Es aquí, en esta fase de conflicto donde realmente se han de tener en cuenta los cimientos de la relación”, comenta la sexóloga.

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Amor real

“Si se supera la fase de decepción, se pasa a la fase de amor real donde a través de una resolución del conflicto efectiva la pareja construye una relación más estable”.

Conexión y planes de futuro

“Por último, encontramos la fase de conexión y planes de futuro, donde la pareja pone todo aquello que tiene en común para fortalecer esa conexión emocional y crear su mundo a su manera”.

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Claves para superar crisis

“Conforme va avanzando el tiempo es completamente normal que aparezcan situaciones de conflicto, algo que a la gente le da mucho miedo tener”, apunta Gómez Tórtola. “En consulta me encanta remarcar que lo positivo es tener conflictos y lo complicado es saber cómo resolverlos. Los conflictos son oportunidades de crecimiento, y a la hora de resolverlos en pareja lo más importante es:

- Afrontar los problemas en lugar de evitarlos. Los evitas cuando no sabes cómo comunicarlos, por lo tanto la relación ha de tener una base donde la comunicación sea esencial.

- Por otro lado se ha de hablar de responsabilidades compartidas. En una pareja no se han de buscar culpables, sino soluciones.

- Por último, quitarnos ese miedo a discutir. Opinar diferente es normal y llegar a acuerdos conjuntos es lo que causa un crecimiento conjunto.

¿Felices para siempre?

“Sin duda creo en el felices para siempre cuando esta idea sea basa en el respeto, la comunicación y el cuidado de ambos. Y también hago aquí un pequeño apunte en cuanto a la importancia de quererse a uno mismo para poder querer a los demás. No puedes dar amor de calidad a nadie si no te lo das a ti mismo primero”, concluye Gómez Tórtola.