La Calumnia
La firma de opinión del actor, dramaturgo y director teatral albaceteño, Juanma Cifuentes
La Calumnia
Albacete
Una de mis operas favoritas es el Barbero de Sevilla.
Y entre todos sus personajes siento predilección por Don
Basilio
Un rol que maquiavélicamente trata de quitar de en medio a el
Conde de Almaviva a base de una estrategia infalible.
La Calunnia.
Y así se lo cuenta, o mejor dicho, se lo canta a don Bartolo:
La calunnia è un venticello
un’auretta assai gentile
che insensibile, sottile,
leggermente, dolcemente,
incomincia a sussurrar.
Para los que les guste más la Zarzuela que la Opera, ahí va una
traducción básica:
La calumnia es como un viento,
una brisa muy suave,
que insensible, sutìl,
ligera y suavemente,
comienza a susurrar.
Y continua:
Calladita, a ras de tierra,
en voz baja, sibilando,
va fluyendo, va zumbando;
en las orejas de la gente
se introduce hábilmente,
y las cabezas y los cerebros
aturde y hace hinchar.
Al salir de la boca,
el clamor va creciendo:
gana fuerza poco a poco,
vuela ya de un lugar a otro.
Parece un trueno, una tormenta
que dentro del bosque
va silbando, va gruñendo,
y te llega a congelar.
Al final se desborda, estalla,
se propaga, se redobla
y produce una explosión
como un disparo de cañón,
un terremoto, una tormenta,
un alboroto general
que hace el aire resonar.
Y el vecino, calumniado,
humillado, pisoteado,
bajo el azote público
por suerte morirá.
Pues este personaje ficticio que me apasiona a nivel dramático,
resulta que me repugna a nivel real.
En estos tiempos que vivimos abundan como chinches.
Un ejemplo sería Juan García Gallardo…
Abogado y político español.
Actual vicepresidente de la Junta de Castilla y León
Y orgulloso miembro de Vox.
Os reconstruyo una escena y así lo veremos mejor.
Contemplemos al señor “viceabogado”, rodeado de miles de
tractores…
Un medio que en apariencia controla bastante y debe ser por su
descendencia “abogacil” que como todos sabemos tiene mucho
que ver con el campo…
Pues en este “oportuno” escenario suelta una de sus “perlitas”,
si las recogiésemos todas seríamos millonarios de “perlitas”.
Por supuesto la ”perlita” la suelta “oportunamente”ante la
inminente celebración de la Gala de los Premios Goya.
Según el “viceabogado” los que nos dedicamos a esta industria
somos unos “señoritos que vivimos de producir obras que no ve
nadie a costa de millones y millones de euros de subvenciones”.
La calunnia ya está lanzada.
Y automáticamente todo el Mundo de las Artes se ve
impregnado de este mensaje basura.
Los subvencionados y los no subvencionados
Todos nos convertimos en una especie de lacra para la
sociedad.
Unos gandules.
Unos buenos para nada.
Unos ladrones de las riquezas del reino.
Y entonces esta calumnia se extiende como el “vientecillo" que
cantaba don Basilio
Y aparecen en redes infinidad de calumniadores, muy bien
organizados que pretenden convencer con cifras
Argumentos rancios
Comentarios estúpidos
Y pruebas varias, sin demostrar y por tanto sin valor judicial
alguno.
Esto entre los políticos esta de moda…
Saltarse la justicia al libre albedrío cuando y para lo que nos
conviene.
Por supuesto que no se le ocurra a un ciudadano de a pie
hacerlo, no os lo recomiendo.
Y como ciudadano de a pie, no subvencionado y con medio de
vida relacionado con las Artes escénicas, me da por
preguntarme…
Como “abogado” no debería este señor de Castilla y León o de
Castilla la Vieja por si le gusta más este termino conocer la
“Presunción de Inocencia”?.
Parece ser que hasta que no se demuestra un delito no se puede
acusar de nada.
Así que si se tienen pruebas de algo ilegal, inconstitucional y
denunciable deberían seguir los tramites legales que hasta
donde yo se, empiezan con una denuncia.
Si hay pruebas ya esta tardando en hacer la denuncia a nivel
legal, como todo buen abogado debe saber
Si las tiene y no las saca a la luz, está encubriendo un hecho
delictivo y eso también es delito según el buen manual de un
abogado.
Así que menos calumniar.
Mas trabajar por esclarecer verdades en el gabinete de
abogados heredado de el abuelo y de el papá
Y menos fotos oportunistas delante de los tractores.
Los trabajadores y trabajadores del sector del campo por lo que
hemos visto saben defenderse muy bien.
Sólo tenéis que resolver sus problemas cuando se debe hacer, y
no aparecer en medio de la batalla para haceros una foto y unas
declaraciones sin pruebas algunas para después salir en los
medios escupiendo mil y una calumnias.