Pelotoro, Cagaliso o Malacama: motes para todos en un pueblo de Cuenca

Cuenca

Abarrecantos, Aguatibia, Barbas de Acero, Brazocorto, Cabezapuchero, Cagaliso, Capapolllos, Cuello de Ajo, Culozorro, Correachero, Espantatrenes, Gabilondo, Malacama, Manos de Seda, Manos Divinas, Mascamagras, Mataburras, Matamachos, Ojalá, Oncededos, Pelotoro, Peseta Humilde, Radioandorra, Rey de la Carretera, Rompesquinas, Sartenillas, Tarzán, Zanahoriahelá.

Ahí van algunos de los motes recopilados por un grupo de escolares del colegio Fernández Turégano de Sisante (Cuenca) a finales de los años 80. Tenía entonces la población cerca de 2.000 habitantes y los niños apuntaron más de 400 motes. Qué quiere decir esto, pues que prácticamente todo el pueblo tenía su mote ya que muchos se compartían por toda la familia.

Dice la RAE que mote es un sobrenombre que se da a una persona por una cualidad o condición suya y apunta como sinónimos: apodo, alias, sobrenombre, apelativo, remoquete, apellido, chapa, seudónimo.

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El profesor

El profesor de aquellos niños era Paco Martínez Santiago, de mote Bartolo, como toda su familia, porque su abuelo paterno Bartolomé tuvo una empresa de autobuses que luego mantuvieron algunos hijos y nietos. La gente del pueblo llamaba aquel autocar o coche de línea, el Bartolo, apelativo que se quedó como mote para toda la familia.

Paco Martínez, estuvo de profesor en San Clemente y en Monteagudo de las Salinas, también pueblos de Cuenca, antes de recalar en el suyo, en Sisante, donde ejerció muchos años como docente hasta jubilarse. Ahora con 77 años recuerda en Hoy por Hoy Cuenca cómo fue aquel ejercicio con sus alumnos.

Motes sisanteños

“Los motes son comunes, conocidos y respetados en los pueblos y todos andan con alguno a cuestas”, cuenta Paco. “Esta recopilación de motes surgió de alguno de los trabajos encomendados a los alumnos de mi tutoría con el fin de recuperar la máxima cantidad de motes sisanteños y lo hicieron muy bien. Luego los clasificamos por orden alfabético y todos eran muy conocidos. Otros no tanto”. Todos los motes de aquel trabajo se pueden consultar online en una web de Sisante junto a un centenar de palabras típicas y expresiones de esta localidad manchega.

De padres a hijos

“Hoy en día, algunos de aquellos que portaban ese mote que aparece en el listado, ya no viven, pero el apodo va pasando de padres a hijos y todo el mundo nos conocemos a través del mote más que del nombre”, dice Martínez. “Algunos nombres vienen de los oficios, como Correachero que era un hombre que hacía abarcas y correas”. O a Enrique, el veterinario, que le pusieron Capapollos. A otro le pusieron Rey de la Carretera por la película del mismo nombre que hizo Juanito Valderrama y en la que cantaba esa canción. Hoy en día, a uno de los descendientes del Rey le llaman el Príncipe.

Ironía y malicia

Otros motes tienen ironía y otros, incluso, malicia como es el caso de Espantatrenes “que era un hombre poco afortunado físicamente que se llamaba Emilio y era muy buena persona”, apunta el profesor.

Por defectos o características físicas se ponen muchos, como Oncededos “que es un hombre de mi edad que tiene seis dedos en una mano”, comenta Paco de los Bartolos que explica que tiene muchos tocayos en Sisante y para diferenciarlos “hay que decir después del nombre el mote: Cierva, Campanón, Viruta, Jorjón,…”