El Paisaje Ilustrado de Cuenca: un homenaje a la cultura rural desaparecida

Cuenca

El Paisaje Ilustrado es una iniciativa de recuperación de la memoria y las tradiciones del mundo rural a través de figuras a tamaño real realizadas en acero corten y pintadas que recrean escenas de la vida cotidiana de los pueblos: juegos populares, procesiones, actividades agrícolas,… Las encontramos en los municipios conquenses de Valdemeca, Huerta del Marquesado y Cañete, pueblos de la Serranía de Cuenca.

Tirso Moreno, de la empresa Vestal Etnografía, ha realizado un estudio pormenorizado de este proyecto promovido por los Ayuntamientos de estas localidades y por el Grupo de Acción Local Prodese que actúa en el ámbito de la Serranía, y nos lo ha contado en el espacio La Memoria de la Tierra que emitimos los miércoles cada quince días en Hoy por Hoy Cuenca.

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Luis Zafrilla, el autor

El autor del Paisaje Ilustrado es Luis Zafrilla, pintor oriundo de Valdemeca, que quiso crear en su pueblo una serie de figuras instaladas a lo largo de los caminos que bordean el casco urbano. Aquello fue en 2013. Años después, el proyecto se ha desbordado por los pueblos vecinos, son ya 48 las figuras que emergen de la tierra recordando cómo era la vida en los pueblos, y se prevé que próximamente se una a la ruta la cercana localidad de Huélamo.

“Quería ligar este proyecto con la idea clásica del oficio del arte”, decía Luis Zafrilla al poco de instalar aquellas primeras figuras en su pueblo, en Valdemeca. “Quería ligarlo a la tierra y que cada obra esté unida a la ubicación, que sea hija del sitio donde crece. Los que nos hemos criado en estos cerros nos damos cuenta de que el mundo de entonces se murió y lo que queda, y lo que viene ahora, no tiene nada que ver con aquello. Queremos recuperar aquello, que el visitante que venga a verlo pueda hacer una lectura en profundidad del territorio”.

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Valdemeca

Jugador de bolos, Las Abuelas, Rulando yeso, A San Roque, Jugando al Tabajasapos, La Estornija, El Estiragarrote, El Tieso, Arrancacepas, La Péndola, El Serón de Coles, Haciendo la Paer, A Cavar, El Encuentro o Tarde de Toros son algunas de las figuras del Paisaje Ilustrado en Valdemeca. “Es un acto artístico único y necesario para salvaguardar la memoria de la tierra”, apunta Moreno. “Es un arte que tiene un carácter público y social porque es abierto, lúdico, enraizado en el paisaje en el que reside”.

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Sin cura y sin procesión: en algunos pueblos de Cuenca ya no salen las imágenes de la iglesia

Sobre el Paisaje Ilustrado hablaba en 2013 Andrea, una vecina de Valdemeca: “Podemos ver juegos que practicaban aquí los jóvenes. Como entonces no había ni tanto juguete ni los padres podían, pues jugaban con una piedra o a brincar la mula o al tentetieso. Luego vemos actividades del campo como la siega o aventar. Vemos a las mujeres que iban al campo a coger hojas para los gorrinos. Ayudaba todo el mundo porque desde chiquititos ya nos aplicaban. O el juego de los bolos que se hacia ahí en una calle todos los domingos al salir de misa”.

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Huerta del Marquesado y Cañete

En Huerta del Marquesado, el pueblo del agua, hay nueve figuras entre las que vemos a un vecino acarreando, mujeres conversando en el lavadero o una familia poniendo la albarda al burro y tendiendo ropa en el batán.

En Cañete vemos lavanderas con las losas en el río, el molinero y la moliere echando el grano en la tolva, una procesión con varios vecinos, la ronda de músicos con acordeón y guitarras, los mozos saltando por la calle perseguidos por un toro,…

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Memoria y dignidad

“El Paisaje Ilustrado se sustenta en dos patas”, explica Tirso Moreno. “Por un lado el aliciente turístico, cultural y divulgativo con la carga educativa inmensa que tienen estas figuras para las nuevas generaciones a las que se les explican esos oficios y esas practicas ligadas íntimamente al territorio durante siglos. Y por otro lado, la parte emotiva con la que Luis Zafrilla hace un homenaje a nuestros abuelos, a nuestras abuelas, y aquellos hombres y mujeres que crecieron en esta tierra y que con este arrebato contemporáneo y vanguardista, hace una defensa de la memoria y de la dignidad”.

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“Es un homenaje a la cultura rural, la gran sacrificada por la modernidad”, reflexiona Luis Zafrilla, el autor del Paisaje Ilustrado. “Los que somos del medio rural somos hijos de una cultura muerta y esto es un intento de dejar al menos una referencia de lo que fue la cultura de la tierra”.