Del cielo manchego al cielo de América: Deja su profesión de molinero para escalar el Aconcagua

Alcázar de San Juan

Un molinero de Campo de Criptana ha cambiado las alturas de la Sierra de los Molinos por las del Aconcagua: este escalador ha coronado la cima del monte más alto del continente americano. Juan Bautista Sánchez-Bermejo es el nombre completo de este intrépido deportista que ha dado un giro a su vida, hazaña que sigue aumentando estos días escalando nuevas cimas.

Sin pensárselo mucho, Juan cogió las maletas y emprendió el viaje desde Criptana hasta la provincia de Mendoza, en Argentina. "Me dijeron que estaba loco. Mis padres son ya bastante mayores, y se preocuparon mucho", ha relatado en 'Hoy por Hoy La Mancha', si bien "ya saben cómo soy y han terminado aceptándolo".

Una aventura no apta para cualquier deportista, de hecho, 5 escaladores han muerto hasta el momento en esta temporada. "La gente invierte toda su fuerza física y mental en subir arriba, porque piensan que llegar a la cima lo es todo", ha informado, si bien lo peligroso suele ser la bajada. "Mueren por cansancio extremo, porque no piensan en la bajada, hay que dosificar fuerzas", cuenta.

"Hay veces en la vida en que es necesario hacer esto"

Por su profesión de molinero, Juan ha recorrido toda España arreglando molinos, y ya sabe lo que es pasar el día entero en altura. Nada que ver, eso sí, con lo que se ha encontrado en el Aconcagua. "Estoy muy contento con mi trabajo, pero requiere un esfuerzo muy grande, porque estamos pocos en este oficio", relata. "Esto que he hecho ahora es necesario. Parar, reflexionar, y ver que hay cosas más por las que disfrutar aparte del trabajo", añade como enseñanza.

El manchego ha estado 13 días conviviendo con otros montañistas en condiciones verdaderamente extremas, lo que algunas ocasiones erosionaba la convivencia. "Éramos seis, que ya son como familia para mi", resume. "La tormenta no para, durante 3 días caminábamos entre tormenta, y nos encontrábamos la tienda cubierta de nieve", ha expuesto.

Las funciones principales del cuerpo humano no son las mismas a 6.000 metros de altura, y hasta la comida tiene un sabor diferente. "Hemos hecho pizza a 5.000 metros de altura, con masa y todo", cuenta. Ataviados de un camping gas y alguna lata, tenían que ingerir al día más de 5 litros de líquidos para no desfallecer. Agua a la que introducían sopas, tés, y otras sustancias con electrolitos.

Este montañista criptanense ya está pensando próximas cimas que coronar, y ya planea desplazarse hacia Chile para seguir su aventura desde el cielo manchego hasta el cielo de los Andes.

"Me vi 'La Sociedad de la Nieve' justo antes de salir"

Lo curioso de su historia es que visualizó 'La Sociedad de la Nieve' justo antes de partir hacia Argentina. Lo que a otra persona le insuflaría miedo, a él le envalentonó. "Sabía que algo así es casi imposible de ocurrir. El Aconcagua tiene como unos oasis con médicos y sanitarios que te analizan a diario", ha informado. El mayor peligro viene cuando le ocultan información a su guía. "Al primer síntoma de sentirte mal, tienes que decírselo al guía. Allí arriba, lo que puede ser algo leve, puede complicarse si no lo tratas", cuenta.