Raquel de la Torre, jóven damasquinadora: "Sí, se puede vivir de la artesanía en Toledo"

Toledo

Hacer dibujos o patrones e incrustarlos en el acero. Así empieza a crearse un arte, el del damasquinado, por el que Toledo también ha sido referencia desde hacer siglos. Y se mantiene gracias a mentes y trabajo como el de Raquel de la Torre, joven damasquinadora que aprendió la técnica -y también el oficio- de su padre, quien no auguró mucha continuidad a un trabajo que para los más mayores "tiene ya poco recorrido". Pero es la fuerza, empuje e imaginación de la juventud lo que hace que "siguiera mi camino y empezara a innovar con una esencia más fresca". Aunque como confiesa "en principio eso no le gustó que me saliera de lo tradicional pero vio el resultado y ha cambiado su opinión".

Esta joven emprendedora, que tiene su marca en las redes bajo el nombre de 'Togashi damasquinos' recibió el premio regional de artesanía por un trabajo realizado en dilatadores. Preguntada por Maribel Uriel, que cada jueves nos trae a jóvenes que buscan crecer a través de la artesanía, Raquel explica que en hacer una pieza se puede tardar un mínimo de una semana. Además de todo...compite cada día con los trabajos industriales pero -al menos ella- sabe diferenciar un buen trabajo artesanal con el que no lo es: "El brillo, el efecto espejo del oro y también matices en la forma del dibujo..." son algunas de las características que permiten conocer un original, por artesano, damasquino.