Imagina una Talavera...de la Madre

Talavera de la Reina

Imagina una Talavera...de la Madre. Una Talavera en la que el día que ha sido ayer, de la Madre, lo sea de verdad para mañana... de la Madre que da vida, y cuida, y ayuda y aconseja. No de esas madres consentidoras, de las que se abusa para que nos limpien la casa, y nos hagan la comida, y vayan a la compra, mientras sus descendientes -y tantas veces sus propios compañeros-, más jóvenes y más sanos, dormitan cómodamente la mañana del sábado o del domingo, pasando la resaca del botellón, o chateando ociosos, ajenos a su esfuerzo... Imagina una Talavera de la Madre generosa, que crea y disfruta con nuestra felicidad, y sufre si sufrimos. Y no esa madre absurda, cuya celebración reivindican en vez de estos primeros domingos de mayo, que debe ser virgen al tiempo que madre, porque el sexo debe de ser sucio o pecaminoso, para sus mentalidades, repugnante a la pureza de una mujer si es Madre...

Imagina una Talavera como esa Madre Tierra, fértil, que nos nutre y nos hace, a la que respetemos, conscientes de que volveremos, de que siempre estamos con ella. Y no esa madre Reina, reina de Talavera desde el siglo XIV, cruel y celosa como para matar a su rival, pero luego aliada de los enemigos de su hijo aunque acabaran asesinándolo.

Imagina una Talavera de esas Madres, a las que cuidamos agradecidos cuando llegan a mayores; y no de esa madre como la de Ignacio Aldecoa en su novela "Con el viento solano" a la que busca el criminal desde Talavera, desde la feria de Talavera, donde en su borrachera ha asesinado, y huye desesperado buscando a esa madre como el último refugio imposible, tardío ya cuando el final de la huida nos alcanza...

Imagina una Talavera Madre, y por eso mismo cuidadora. Cuidadora y cuidada, por sus hijas e hijos. Esa es la Talavera que querríamos.