"Las Zonas de Bajas Emisiones mejoran la salud de la población"

Ciudad Real

Esta semana en Green Days hemos hablamos del controvertido tema de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE).

El desarrollo de las ciudades, durante décadas se ha construido ofreciendo el 70% del espacio público para el uso del vehículo privado. En esos tiempos, los ciudadanos vieron estrechar sus aceras y contaminar el aire de gases y ruidos.

Mariana Boadella, experta en Medio Ambiente y Sostenibilidad, ponía como ejemplo la propia capital ciudadrealeña con dos parkings en las dos plazas del centro más importantes, lo que ya obliga a circular con el coche por el centro.

A medida que los parámetros ambientales son más tenidos en cuenta y se conoce mejor su relación con la calidad de vida de la población, Europa se ha decidido a impulsar políticas dirigidas a mejorar estos datos y atajar varios frentes de un plumazo con las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE). En España se aplica la normativa europea con la Ley de Cambio Climático junto con el Real Decreto de Zonas de Bajas Emisiones (ZBE). Con ello los municipios mayores de 50.000 habitantes quedan obligados a delimitar y gestionar las zonas dentro del ejercicio de sus funciones.

En España se producen 10.000 muertes al año por contaminación. Además de otros efectos que se van conociendo en bebés y niños.

¿Qué son las zonas de bajas emisiones?

Las zonas de bajas emisiones, también conocidas como ZBE, son áreas urbanas delimitadas donde se aplican restricciones específicas al tráfico de los vehículos más contaminantes, como los más antiguos o vehículos pesados. El objetivo principal de la ley es mejorar la calidad del aire, y por tanto la salud de la población. Y eso es evidente a los ojos de todo el mundo, en ciudades grandes como Madrid o Barcelona.

Pero, las ZBE tienen otros beneficios que para mí son también relevantes, especialmente en ciudades medias como CR: disminución del ruido, conseguir que andemos más, aprovechar el espacio público para una mayor interacción social, dejando espacio para árboles y elementos naturales y de adaptación al cambio climático, que nos ayudan a sofocar el calor, entre otras tantas. También, devolver al peatón el espacio que el desarrollo urbano le ha quitado.

¿Cómo se aplican?

En 2016, se implementó en España el sistema de etiquetado ambiental de la DGT, que clasifica a los vehículos en función de su nivel de emisiones contaminantes. Esta etiqueta se utiliza como criterio para determinar qué vehículos pueden acceder a las ZBE. Los vehículos más

contaminantes, como los anteriores a 2003 y 2006, que no tienen derecho a etiqueta, son lo que tienen más restricciones en las ZBE.

Por tanto, estas zonas son un instrumento capaz de favorecer un cambio positivo en el modelo de ciudad, ¡pero ojo! Porque como toda restricción, genera rechazo en una parte de la población. Porque suponen un cambio de hábitos.

¿Qué podemos hacer?

Paremos a pensar y analizar antes de criticar.

Es verdad que en Ciudad Real hay una acción que se debe tomar que es la de los parkings disuasorios.

Recordemos la ley antitabaco. Y ahora no concebimos que se pueda fumar en un bar.

Pero ese cambio de hábitos no debe ser un “me cambio el coche por uno eléctrico”, porque entonces hemos fracasado. La intención es que ese cambio de hábito se produzca hacia modos de transporte más sostenibles y baratos: a pie o en bici, o en bus.

En Ciudad Real ese cambio es perfectamente factible. En una ciudad que se cruza en 20 minutos andando, y ya no te digo en bici…

"Mejoraremos el buen humor por la mañana y nuestra salud".