Nunca llueve a gusto de todos
Juan José Sanz Cid, Investigador Científico Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC)
Nunca llueve a gusto de todos - La mirada de Toledo (14/05/2024)
Toledo
Estamos en plena primavera y podemos disfrutar de unos paisajes muy floridos y hermosos gracias a las generosas lluvias del mes de marzo. Ha pasado abril y parece que el refrán no se ha vuelto a cumplir: “En abril, aguas mil”. Pudiera parecer que esto no va a tener repercusiones, quizás este año no por las lluvias de marzo, pero que la lluvia aparezca en el momento adecuado del año es muy importante para la flora y fauna mediterránea.
El que se dedica al cuidado de las plantas sabe lo fundamental que es tener un aporte homogéneo de agua en el suelo en el periodo en el cual las plantas están activas, es decir, desde la primavera al otoño. Se necesita un aporte diario pequeño para asegurar la supervivencia de las plantas. No es lo mismo regar un vaso de agua al día que regar una vez al mes con el total de agua que echaríamos vaso a vaso. Si sólo regamos una vez al mes con el total de agua que regaríamos vaso a vaso de forma diaria, las plantas morirán.
Pues bien, esta es una de las predicciones del cambio climático: va a llover lo mismo o quizás menos y no de forma homogénea como lo hace en nuestra latitud, sino de golpe. Esta es una predicción que se realizó para este siglo hace ya más de tres décadas. Esto tiene repercusiones claras sobre la capacidad de supervivencia de la flora que está adaptada al clima mediterráneo. Se agrava aún más si los ríos no llevan el caudal ecológico mínimo porque esto afecta al nivel de la capa freática alrededor del cauce del río. El resultado es que el agua en el subsuelo cada vez está más profunda y así no llegan las raíces de los grandes árboles que podrían llegar a morir.
Todo esto tiene repercusiones en nuestros sistemas económicos y afecta claramente a la agricultura y ganadería. Sin embargo, aún estamos a tiempo de reaccionar. Hay lugares en la Tierra que los efectos del cambio climático real y actual están ya afectando a la sociedad de los humanos de forma muy marcada. En Kenia, como en la mayor parte de África, han sufrido una sequía muy prolongada que ha hecho que las vacas, un recurso de subsistencia de las familias, se hayan muerto en la última década. Tener una o varias vacas en las familias asegura carne y sobre todo leche para las mismas. La sequía ha provocado la falta de pastos y la muerte de las vacas y de hecho, se están sustituyendo las vacas por camellos para asegurar la supervivencia de las familias. Hoy día los keniatas están comprando camellos para sustituir a las vacas. Los camellos les ofrecen leche y son animales más resistentes a las sequías prolongadas. Como vemos, el cambio climático ya está teniendo impactos en tiempo real. ¿Hasta donde podremos llegar? Pues si esto pasa en Kenia, creo que debemos prepararnos a cambios en nuestra sociedad en un tiempo breve y a velocidad record.
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